jueves, 9 de octubre de 2008

UNA CRÍSIS TERRIBLE, UN PROBLEMA DE MODELO (II)

Si alguien no entiende qué está pasando en España, con independencia de la coyuntura económica internacional, o la específica problemática existente en Europa, existen dos hechos incontrastables e irrenunciables los cuales son característicos de nuestro sistema socioeconómico nacional.
El autor de éste blog no es - naturalmente - ni economista ni sociólogo ; mas ha sido profesor universitario, entre otras asignaturas, de Economía y Sociedad española, y aparte de ello siempre dedica algún tiempo a leer revistas y periódicos (algo especializados) y en relación a estas cuestiones.
- El primero, en España después de 1978, una larvada y larguísima crísis socioeconómica generó un fenómeno que analizaron diversos sociólogos, entre ellos Malo de Molina, llamado "el malestar español". Debe recordarse, por cierto y desde ahora, que en España como nación no existe un estado de bienestar, como el existente aún o parangonable al de otros países europeos.
- El segundo, los años de la llamada "década prodigiosa" en que gobernó el PSOE, entre 1982 y 1992, en realidad hasta 1996, provocaron un progresivo replanteamiento global de las áreas de actividad en que estaba especializada la economía española, y por ejemplo la llamada reconversión industrial impulsada por los gobiernos de entonces fué considerada, por sus críticos, desindustrialización. Esta cuestión será esencial crecientemente: pues siempre es preciso recordar que nuestra economía española, como las demás economías superdesarrolladas, se ha basado, en una onda larga, en potenciar un modelo basado en el consumo masivo asequible a toda la población (el consumo, por cierto, en sí, no es malo, el consumismo mal entendido sí ) y no en la producción.
A ello deberían añadirse las siguientes cuestiones:
- El tercero y más importante, la inserción en la Comunidad Económica Europea cambiaba una serie de coordenadas de comportamiento de los sectores económicos en un mercado nacional hasta ese momento extraordinariamente protegido y con un importantísimo sector público.
- El cuarto, como consecuencia de la elección de modelo socioeconómico, a partir de un momento desde mediados de los noventa la tendencia era clara, nuestra realidad socioeconómica ha generado un sistema financiero terriblemente dependiente de determinadas áreas económicas empezando por la construcción junto a un peligroso endeudamiento, característica nacional.
En 1997 y 1998, por cierto, en unas modestas colaboraciones en un Boletín de Estudios históricos, el autor de éste blog analizaba diversas cuestiones - desde un punto de vista historicista - en relación a la situación socioeconómica andaluza.
Una de las afirmaciones taxativas en dicho Boletín era, referida a Andalucía, la realidad que solamente las microempresas (entendiendo, en ésta entrada, como microempresa a toda persona física o exclusivamente jurídica que produjese bienes y servicios, y no se considerase - en vocabulario - como mediana empresa aquella que cotizase en bolsa ) servían para crear masivamente empleo en nuestra región.
En aquellos años, en la ciudad hispalense, de cada tres personas en activo dos trabajaban para el sector público...Mas se hablaba de estadísticas oficiales.
¿Dónde se encontraba esa inmensa masa de personas - necesariamente en activo para subsistir - e involucradas en las economías de subsistencia? En las microempresas. Bastaba con ver, en activo todas las mañanas, todas las personas relacionadas y vinculadas no contractualmente con el pequeño comercio o transportes, por ejemplo (*).
Mas el caso de Andalucía y específicamente Sevilla es peculiar en su contexto español y europeo. Nos interesa globalizadamente España donde hasta casi el 80% del empleo lo crean las pequeñas y medianas empresas (¿entendamos tales como microempresas?).
a. La coyuntura internacional es muy sencilla, en última instancia: el proceso globalizador conlleva, por ejemplo, la atenuación de las diferencias entre diversos mundos (entendidos como agrupaciones de naciones) en estados de desarrollo socioeconómico y cultural diferentes. Este proceso globalizador curiosamente no beneficia directamente a las naciones más pobres y, paradójicamente, tampoco beneficia en última instancia a las más ricas. Se vive en Europa naturalmente con la apertura hacia Europa Central y Oriental consecuencia de la caída del comunismo. Lo vivimos por ejemplo, por una compleja serie de causas, los españoles . No interesa aquí directamente la coyuntura internacional sino la europea y la nacional española. Específicamente nos interesa la nacional española.
Mas en la coyuntura internacional y europea, en que estamos insertos, es sobre todo esencial recordar que es matizable la trascendencia ante las peculiaridades de nuestro modelo nacional específico, por el caso agravado en que se encuentra España consecuencia de las peculiaridades de su economía y sociedad frente a otras realidades.
b. La coyuntura nacional es reflejo en un sentido de la internacional, mas posee rasgos definitorios muy característicos en nuestra nación, sobre lo cual hablaremos en próximas entradas.
El gran problema de fondo, nunca se olvide, es una evolución convergente entre sociedades, ya no tan nítidamente jerarquizadas entre distintos mundos en bloques internacionales, sino entre sociedades dentro de naciones estructuradas en bloques económicos que van acortando distancias entre unas y otras y, sin embargo, en todas se acentúan las diferencias dentro de ellas mismas progresivamente.

(*) Vid entrada sobre Andalucía, 16 - V - 2.007.