miércoles, 23 de julio de 2008

HISPANIA Y ESPAÑA (II)

I. NUESTRO PASADO HISPANOROMANO .

Hispania fué por casi siete siglos romana progresivamente. Se pormenorizan determinados hechos históricos desde ahora.
Todas las tribus y etnias previas, enfrascadas por dos siglos en luchas entre sí y con los romanos, hasta época de Augusto, desaparecieron de la escena histórica.
La red urbana, entonces creada directamente o recreada, subsiste abrumadoramente hasta hoy. Solamente ha cambiado el impacto demográfico de la población urbana y rural. Numerosas ciudades, superpuestas sobre núcleos indígenas previos, algunos feniciopúnicos y algunos griegos,ciudades creadas por romanos o por indígenas entusiastas de beneficiarse de la vida romana, cubrieron su territorio. En una serie de zonas de la península, ahí están los restos, se introdujo masivamente el regadío (no fué exactamente en época de dominio político islámico y esta afirmación es rigurosamente histórica).
Hispania estuvo, además, relativamente tranquila por cinco siglos, exceptuando las invasiones de mauri quienes cruzaron el estrecho en el siglo II, la momentánea convulsión del siglo III cuando fué invadida por tribus germánicas, o problemillas en el Norte, cuando los irreductibles vascones seguían impidiendo controlar todo el territorio del Norte.
Luego vino la decadencia y la catástrofe en el espantoso siglo V: una implosión inimaginable a la que contribuyeron, activamente, los mismos romanos o bien hispanoromanos, enfrascados en sucesivas guerras civiles, e inicialmente como catalizadores de los cambios inconscientemente al principio los grupos bárbaros que cruzaron los Pirineos.
Convivieron en este proceso grandes movimientos de inquietud social y, esporádicamente, sublevaciones campesinas.
En las ciudades, en progresiva decadencia a lo largo del siglo V, quedaban por cierto los Obispados ... y las bibliotecas de los obispados. Y las Basílicas paleocristianas devendrían, con el paso de los siglos, en espléndidas Catedrales.

La desaparición del Roman way of life no era un proceso que solamente afectaba a Hispania: posteriormente a la disolución política, cuando los hispanoromanos supieron que en 476 había sido depuesto un emperador niño, la crísis del Roman way of life siguió en el resto del Imperio. Este Roman way of life nos interesa pues, en una serie de aspectos, es muy similar al Spanish way of life que vivimos crecientemente en nuestros días; no es el Arabic way of life.
El problema que centra esta entrada: no existe relación directa entre el Roman way of life y el colapso del Imperio.
Y eso lo sabía , de sobra y en anterior entrada citado, ése brillante joven a quien S. Agustín encomendó redactar una Historia Universal, Historia que fué publicada . Pues en una serie de análisis aquel brillante joven que se estropeó como historiador, por meter demasiado el cielo premedieval en asuntos terrenales, analizaba simultáneamente muchos procesos teniendo en cuenta elementos psicológicos o sociológicos antes de existir dichas realidades con base científica, es decir, paradigmas lógicos elaborados por científicos.
Aquel joven, analizando su entorno y su presente, vió el futuro: entre otras cuestiones que, en un siglo o dos más o menos, la romania sería gobernada por naciones bárbaras y Roma sería un centro espiritual. Aquel joven, a diferencia de la correspondencia de Símaco, aquel Prefecto pagano de Roma tan optimista por el futuro, intuyó la absoluta hecatombe. No se equivocó.

La descolonización administrativa de Hispania (se pide mil veces disculpas por esta expresión, inexacta históricamente, pero necesaria divulgativamente) supuso, en consecuencia, una implosión inimaginable ; tanto en las condiciones de vida de la población penínsular, el retroceso en condiciones higiénicosanitarias para parte de la población, como en la esperanza de vida que retrocedió años, y es ello patente en el estudio de las necrópolis visigóticas.
No se sabe mucho literariamente sobre la vida de los hispanoromanos en los siglos IV y V; pero sí, por el contrario, mucho sobre la vida en Roma, entonces llamada Roma Áurea, en vísperas de la larga y agónica catástrofe.

II. ROMAN WAY OF LIFE, SPANISH WAY OF LIFE.

Entramos, en consecuencia, en el núcleo de esta anotación liberal. Cuando diversos pueblos bárbaros recorrieron las calzadas de la Galia entre 406 y 409, posteriormente de Hispania entre 409 y 411, se sintieron indudablemente abrumados. Disponían para desplazarse sus carromatos, sus ganados, sus mujeres, sus niños, de calzadas lo más rectas posibles , comparadas con infames caminos más allá del complejo mundo del limes; calzadas que unían todos los núcleos urbanos importantes, recordemos lo esenciales que eran entonces las ciudades.
El Imperio controlaba las vías de agua y uno de los problemas con que se encontraron los invasores era que debían seguir invariablemente las calzadas, teniendo los puertos bloqueados.
Las ciudades que fueron conociendo las tribus que traspasaron los Pirineos estaban a relativas distancias unas de otras, siempre dispuestas racionalmente, y la higiene y el confort presidían en teoría todo el marco vital para sus pobladores, y estos dispositivos beneficiaban a toda la población, siendo indiferente el tamaño de las mismas.
Una serie de ciudades estaban edificadas, además, con gran suntuosidad. Rodeaban esas ciudades incontables huertos que abastecían las poblaciones. Eran ciudades ya antiguas, muchas con siete siglos de historia al menos. En una serie de zonas de la península dichas ciudades estaban en decadencia, en otras no, y en algunas de ellas ya empezaban las grandes ciudades .
Sobre todo los bárbaros, venciendo a los ejércitos privados que trataban de bloquearles los pasos de los Pirineos, descubrieron algo esencial. La actividad creadora de los colectivos humanos, que poblaban la península, se manifestaba también en los campos. No debe pensarse en una deforestación de la península ibérica causada por una presión demográfica; mas es cierto que la obsesión italianoromana por humanizar la naturaleza creó verdaderos vergeles en determinadas zonas de Hispania. De una parte, recordemos las descripciones del Valle del Guadalquivir por Estrabón, de otra la importancia de las zonas costeras mediterráneas.
Mas lo importante, para éstos bárbaros, no era la diversidad de paisajes que recorrieron, sino que eran los hispanoromanos...sobre todo para unos bárbaros posteriores , los visigodos, y sobre todo en las ciudades importantes.
Había en Hispania, como en el Imperio occidental, en ésos instantes iniciales del siglo V, una serie de crísis latentes: una crísis de identidad, un latente conflicto social, una crísis entre la juventud...

a. La discusión sobre la identidad romana era, seguramente, entonces esencial, entre sus elites y entre el pueblo, como hoy acontece en Hispania sobre nuestra identidad española. La identidad siempre se refiere a las esencias.
¿Roma era cristiana ... o pagana? A tenor de sermones de los Santos Padres a sus fieles, como de San Agustín, el paganismo era importantísimo aún. Por más de 400 años los habitantes de la península vieron y vivieron un sistema que vinculaba lo terrenal y supraterrenal, en torno a las figuras del Emperador y Sumo Pontífice, y que permitía todas las religiones coexistiendo entre sí.
Y súbitamente, con Teodosio años atrás, el Imperio se vió con Emperadores agresivamente cristianos, algo así como si la nueva dinastía de un Emperador Japonés decidiese convertirse al cristianismo nestoriano e imponerlo en japón.
¿El cristianismo mataba la supuesta Cultura antigua, el Roman Way of life? Esta pregunta, convertida la respuesta en afirmación, es muy discutible, como se verá.

b. La discusión sobre la identidad estaba también relacionada con el tema de la relación entre Roma y los bárbaros; y dentro de la sociedad romana en sí de la lucha de clases. ¿La lucha de clases mataba la Cultura antigua? Esta pregunta, convertida en afirmación es muy discutible igualmente.
En España, hoy por ejemplo, desde los últimos treinta años, en un sector significativo de los dedicados a la Antiguedad, se da un profundo crédito a los textos de Salviano de Marsella, textos muy criticados por cierto entre algunos especialistas franceses.
Está en otros textos clásicos menospreciados la constatación que podría llevar a diferentes conclusiones alejadas de determinados esquematismos siempre maniqueos.

c. La clave, para los bárbaros, estaba precisamente en la juventud romana e hispanoromana. Los bárbaros nunca pudieron entender a ésos jóvenes ciudadanos y súbditos del Imperio; pero sabían que su situación emocional era la clave de su éxito final.
Los jóvenes que interesaban a los bárbaros según los textos, por ejemplo, eran una juventud con una profunda tristeza interior; fingían alegría, y los más privilegiados en sus carros de carreras o en sus caballos , gamberreaban, lanzaban al galope sus monturas o sus bigas, realizaban carreras ilegales. Y los jóvenes también se agrupaban por miles y miles en la misma Roma, dejándose largas melenas y en un momento difundieron la moda de cazadoras de cuero, botas bárbaras y melenas largas (es rigurosamente histórico).
Y, según textos, los mas mal educados jóvenes del Bajo Imperio siempre tenían, a flor de piel, una agresividad salvaje contra los más mayores.
Eso era, entonces y hoy, obvio: entre otras causas, su violencia natural no era encauzada en su infancia, adolescencia y juventud, no fuesen - según educadores entonces adscritos a la famosa sofística pues los hubo seguramente - a crearles "frustraciones".

d. Aunque la Casa Imperial fuese cristiana, y el estado promulgase la cristianización del Imperio, todas las religiones de facto coexistían aún en las ciudades, y también seguía latente la guerra civil, encubierta, entre cristianos y paganos y neopaganos, iniciada en época de Teodosio.
Y, por cierto, entonces hubo sucesivas colisiones entre Papado u Obispos con la Casa Imperial. Además los Decretos desde Rávena a principios del siglo V son esenciales para entender el odio del Clan de los Eunucos (altos funcionarios imperiales, "cristianos" de religión ) contra los paganos...y contra la misma Roma.
La cuestión de los eunucos nos recuerda otras: ¿qué valor tenían? Era esencial en la mentalidad antigua, pues se suponía que dichos eunucos eran siempre fieles pues nunca tomaban decisiones pensando en su imposible descendencia. Su descendencia no biológica sino administrativa eran los futuros romanos...¿pero los eunucos imperiales amaban ... u odiaban a los romanos?
Además, si los cristianos eran tan contra paganos..¿Cómo es posible en Occidente ordenar, de nuevo, demoler todos los templos paganos en una fecha cuando se había ordenado demolerlos...bastantes años antes?
Ése odio al pasado de un sector entonces de los homines novi es similar en un sector en la Hispania de hoy. Hoy sorprende encontrarse en un sector de altos funcionarios españoles una sorprendente indiferencia por el futuro de nuestra Patria, cuando no el desprecio hacia ella.