viernes, 12 de octubre de 2007

DÍA 12 DE OCTUBRE: ESPAÑA Y CONSTITUCIÓN


Allí en Méjico se alzan, aparentemente en zonas desérticas, los impresionantes acueductos de concepto y orígen hispanoromano, que los frailecitos edificaban para abastecer de agua los campos de los indios; y allí más al Sur, en Paraguay, subsisten los restos de las impresionantes misiones en las cuales los jesuitas trataron de recrear, como buenos hispanoromanos, la utopía igualitaria y un urbanismo racional. Aquel Méjico en el cual se quiso dar, casi inmediatamente, el sacerdocio a los Indios también para difundir la evangelización y en el cual la aristocracia india que colaboró con los conquistadores, ataviada a la europea, salía de caza y veía reconocida sus títulos previos.
Casi desde Tierra de Fuego hasta California subsisten, en nuestros días, hasta tal vez ciento cincuenta ciudades creadas desde la nada por los españoles, con un urbanismo racional y rectilíneo, plazas mayores, Audiencias, Catedrales y cabildos, Universidades e imprentas, puertos e impresionantes fortalezas. Nada que ver, dicen, con el urbanismo islámico el concepto de las Plazas Mayores, heredadas del Foro hispanoromano.
Desde las pequeñas ciudades provinciales, perdidas en Colombia, donde se hablaba el castellano arcaico, no en vano Bogotá sigue siendo llamada la Atenas de la lengua castellana, hasta la realidad urbana de La Habana, la cual, recuerdo nos decía la archivera de allá en un curso, era clon urbano de Cádiz. Desde los pueblos indios de los Andes, encalados y con tejas andaluzas, tan parecidos a nuestra tierra, nos decía emocionado el archivero de Cuzco. Y como me decía un amigo belga, Claude: "cuando visité San Luís de Potosí entendí qué obra tan grandiosa hizo España". O las Haciendas en medio del desierto, con bibliotecas del siglo XVIII y ejemplares de El Quijote conservadas.
Cientos y cientos de millones de personas hablan, hoy, la lengua de España y de Castilla y, no en vano, la Virgen guadalupana se manifestó a un Indio anunciando el futuro mestizaje de Nueva España y mandando su señal (según los creyentes, por corrección política se hace esta apostilla) a un anciano prelado vascongado y ... español.
En Bolivia las Virgenes representan, pictóricamente en su manto, la Pacha Mama mientras que en la ciudad de Sevilla o ciudad hispalense se conserva, en una impresionante Iglesia, Iglesia de la Magdalena, el recuerdo en placa de Fray Bartolomé de las Casas (y sus exageraciones retóricas, pues Chiapas sigue en nuestros días ciertamente poblada por Indios). Ya la Reina Católica dijo, previamente, a Colón: no traigáis mis futuros subditos cargados de cadenas. Ya Bernal Díaz del Castillo, años más tarde, denunciaba aquellos excesos retóricos.
En España, en torno a la Virgen del Pilar zaragozana, estos años, inmigrantes de etnias indias y naciones independientes diversas, ataviados de maños, cubrían y cubren de flores a la Virgen junto con personas procedentes de toda España.
Evidentemente no es día de nuestra Constitución mas sí día de la hispanidad, cuestiones plenamente intercambiables; pues fué una patria, sentida sentimentalmente en los siglos XVI y XVII y XVIII, hasta la crísis o guerra civil entre criollos, hoy común e indivisible, la que permitió aquella epopeya.
Los costos del llamado "Imperio colonial español" han sido estudiados por historiadores franceses: fueron una ruína absoluta para España en la península. Y la causa de la gran mortandad inicial entre los indios no la causaron intencionadamente los españoles sino en realidad la causó el choque vírico europeo en unas poblaciones indefensas ante él, según nos recuerda Chaunu
Y nuestra primera Constitución moderna, la Constitución gaditana de 1812, reconocía la ciudadanía española a cuantos hablaban español, seguían el derecho español y la religión católica: desde Tierra de Fuego a California, desde Manila hasta Cádiz, desde El Ferrol hasta Barcelona.
Es el pasado de nuestra España en la península hoy , como dicen los canarios, o ceutíes y melillenses . Es la misma nación, practicamente que en el siglo XVI, con todas sus singularidades reconocidas constitucionalmente, la misma nación que nuestra Constitución de 1978 llama Patria común e indivisible.

Con pequeña corrección estilística incluída hoy, 14 de Octubre, a las 0:25.