lunes, 5 de noviembre de 2007

ANOTACIONES LIBERALES: CEUTA Y MELILLA. IMPACTO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN(I): LA ESPAÑOLIDAD INCUESTIONABLE DE CEUTA Y MELILLA

Es un absurdo histórico hablar hoy de la marroquinidad de Ceuta y Melilla.
Es un absurdo jurídico hablar hoy de la marroquinidad de Ceuta y Melilla.
Punto.

I. Unos precedentes históricos muy interesantes.

En el tránsito del siglo I a.d.C. y I .d.d.C. el geógrafo Estrabón nos recuerda que Turdetania (o la Baituria céltica según otros) se encontraba romanizada íntegramente: sin embargo, lo que será, más allá del estrecho, en el futuro la provincia de Mauritania (una de ellas) se incorpora al Imperio casi medio siglo o más , más tarde, en época del Emperador Claudio.
Son casi trescientos años de diferencia, claves históricamente, respecto al control político romano en la zona de la actual Andalucía y en la costa Norte de Marruecos. Nuestra Andalucía actual tiene dos orillas por cierto: si bien administrativamente está hoy segregada en la península y Norte de Africa, Ceuta y Melilla siguen siendo cultural y oficialmente hispanoromanas como ciudades andaluzas y españolas.
Los romanos, entonces, hacia el siglo I d.d.C. y después del 45 d.d.C. intentaron avanzar hacia el interior desde la franja costera pero se vieron continuamente hostigados: el intento de romanización, entre los siglos I y III d.d.C. fracasó totalmente, al contrario que en la Bética, convertida en pequeña Italia entre los siglos III a.d.C. y I d.d.C.
En el siglo II d.d.C. tuvo lugar la primera invasión de los mauri (llamados por nuestro pueblo español genéricamente como moros) en Hispania. Rompieron el débil cordón romanizado de la costa marroquí y penetraron en la otrora riquísima bética.
Estas invasiones han sido estudiadas por tres historiadores diferentes, iniciando este estudio un artículo, ya clásico, de García y Bellido.
Estas invasiones fueron rechazadas por las tropas hispanoromanas, acantonadas en el Norte de Hispania, y el Alto Mando Imperial local se estableció en Itálica, a muy pocos kilómetros de Hispalis : en hipótesis las legiones centralizaron su cuartel general ahí pues en Itálica se encontraba el impresionante complejo religioso del Trajaneum y en hipótesis los soldados romanos actuaban en coordinación siempre con los Dioses de acuerdo con la Disciplina Augusta, instituída por el Emperador Adriano (cuyo busto aún verán los amables turistas en muchos lugares de Sevilla).
Igualmente algunos observan que, como consecuencia de dichos coyunturales disturbios, tuvieron lugar en época del Emperador filósofo Marco Aurelio, las ciudades hispanoromanas de la provincia de la Bética se amurallaron: esta invasión supuso aparentemente un serio trastorno coyuntural para la región geográfica de la actual Andalucía pues la estratificación de anforas del Monte Testaccio en Roma acredita un rotundo corte de importaciones.
La realidad actual de Marruecos, entonces, apenas fué romanizado entre el 45 d.d.C. y mediados del siglo III d.d.C. a causa de la oposición de los mauri (gentilicio geográfico) a la romanización y los bereberes (realidad etnica) de aquella zona geográfica, llamados Gaetules, organizados en confederaciones hostiles a la romanización; presentaron una eficaz resistencia sistemática al poderío de Roma. En éste sentido actuaron de manera diferente a otras zonas del Norte de África donde púnicos y númidas se romanizaron íntegramente.
Desgraciadamente, para Hispania y Andalucía actualmente, hace veinte siglos o diecisiete siglos, nunca hubo una riquísima provincia como Africa Proconsularis y hoy Túnez en el pasado entre Sicilia e Italia.
Igualmente, con motivo del establecimiento y reorganización de lo que hoy se llama, históricamente, Bajo Imperio romano, entre finales del siglo III y principios del IV, bajo la Constitución Dicolecianeoconstantiniana para algunos así llamada, singularizándose Hispania dentro del Imperio (las reformas diocleciá
neas prefiguran en cierto sentido los primeros estados nacionales de Europa) se decidió que la provincia de Mauritania tingitana (zona de franja costera del Norte de Marruecos actual) dependería de Hispania.
En ésa estrechísima franja costera (el intento de penetrar hacia el interior del Norte de Marruecos había naturalmente fracasado entre los siglos II y III d.d.C.) la romanización fué limitada pero brillante: ahí se encontraban, entre otras, ciudades como Tingis, como se encontraba Septom (Ceuta).
Diocleciano ordenó la retirada hacia la franja costera directamente, al menos trataba de proteger el interés inicial del Alto Mando Imperial de proteger rutas comerciales y la riquísima provincia en Hispania de la Baetica.
El interés de los imperiales entonces, tanto en el siglo I d.d.C. cuando bajo el Emperador Claudio desembarcó Suetonius Paulinus anexionando Mauritania tingitana, como en el siglo IV cuando se consolidó Mauritania tingitana dependiente de Hispania y la Bética, era el de tratar de controlar las vías marítimas de acceso, en dos direcciones, del mar Mediterráneo hacia el Atlántico y viceversa.
Las antiquísimas rutas comerciales, descritas en el poema Ora marítima de Avieno, referidas al primer milenio antes de Cristo, hasta lo que era la provincia romana de Britania, seguían vigentes en el siglo IV en parte.
Hoy los españoles, los andaluces como españoles, los ceutíes y melillenses también españoles más allá de Andalucía, vivimos aún, abrumadoramente, la hispanidad o hispanoromanidad de nuestro pasado: entroncamos la abrumadora mayoría de nuestro arte en el arte occidental, de matriz helénicoromana, practicamos sociológicamente aún la religión oficial del Bajo Imperio en Hispania como hablamos las variantes dialectales del latín hispánico, nuestro alfabeto sigue el alfabeto occidental de orígen romano pasado por la letra carolingia, nuestro derecho no se rige por la Sharia sino desciende directamente del Derecho romano que fué nuestra fuente de regulación . Tenemos una legión radicada en Ronda. Nuestros marines de desembarco existen como existieron en época romana...cuestión por muchos olvidada, los vimos en Perejil.
Como la realidad de Monarca de las varias culturas, en Ceuta y Melilla, sigue las pautas de nuestro Occidente : y no de la Sharia vigente y esencial en la Independencia de Marruecos según el Mazjen.
Nunca nos digan, en consecuencia, que Ceuta y Melilla no son, históricamente y culturalmente, España según su matriz, pues son también España en su matriz y lo iremos viendo en varias entregas.
Si muchos marroquíes desean vivir en dichos pequeños paraísos : que acepten nuestra matriz y realidad administrativa nacional como ciudadanos españoles.