martes, 6 de noviembre de 2007

ANOTACIONES LIBERALES. CEUTA Y MELILLA. IMPACTO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN(II): LA INCUESTIONABLE ESPAÑOLIDAD DE CEUTA Y MELILLA

II. Unas realidades históricas irrenunciables.

Tras esta primera entrada, entrada referida a una historia de casi setecientos años en la antigüedad, hace tanto tiempo que parece olvidada, mas cuya herencia vivimos cotidianamente los españoles dos mil años más tarde y conviene recordarlo, sigue este análisis.
Es preciso, en primer lugar, realizar una afirmación incuestionable: está demostrado históricamente que, geopolíticamente hablando, desde el siglo VIII, quien controla el Estrecho de Gibraltar en las dos orillas está, evidentemente, más seguro que quien controla una.
Esta constante histórica se mantuvo por casi dos mil años en la conflictiva historia de nuestra España.
Las primeras invasiones de Mauri en el siglo II d.d.C. , la invasión del cuerpo mercenario bereber a principios del siglo VIII comandado por una minoría árabe, las posteriores invasiones - con características fundamentalistas - de almohades y almorávides, se vieron favorecidas por la fragmentación política de España entonces y el no control de la orilla Sur del Estrecho.
Mas en la orilla Norte del Estrecho existe hoy un continuum cultural respecto a hace dos mil años. El habitante de Hispalis o Itálica en el siglo II d.d.C. entendía, como hoy un sevillano entiende, la incripción latina Sit terra levis, Séate (la) tierra leve; mas el arabizado que se expresa en Cherja en la orilla Sur hoy la ignora.
La nacionalidad romana permitía el conocimiento de una lengua y alfabeto como hoy la española es heredera de ella en sentido hispanoromano: la sociedad de la orilla Norte quiso que fuese así históricamente. La nacionalidad romana del habitante de Itálica e Hispalis le permitía disfrutar de la libertad de cultos como la nacionalidad española de hoy le permite hacerlo igualmente. En el caso de la costa Norte del actual Marruecos, consecuencia del etnocidio de la cultura latinoromana y primera cristiana, este filum desapareció: solamente se reintrodujo el molde occidental parcialmente como consecuencia de la colonización desde el siglo XIX, mas nadie les obligó a ellos a renunciar a su filum previo.
Por otra parte, es preciso reseñar que España existe, con conciencia de sí, ininterrumpidamente por más de dos mil años. España fué Hispania desde finales del siglo II adC hasta el V, y Spania en el siglo VI, VII y principios del VIII como quiso volver a ser Hispania, Spania y España entre los siglos VIII y XV, y ha sido España entre los siglos XV y XX de nuevo.
Mas en éste periodo de tiempo, XV - XIX, para los españoles el concepto de España ya no es exclusivamente peninsular sino que, de acuerdo con la epopeya de las Españas si bien es estado nacional y de los primeros de Europa, se convierte simultáneamente en una realidad extendida por cuatro continentes, para reducirse dramáticamente como consecuencia de la crísis del siglo XIX a nuestra realidad peninsular e insular como los enclaves norteafricanos.
Marruecos, sin embargo, como estado unificado es en realidad muy reciente y resultado de una doble descolonización: nada hay en éste sentido (constatando esta evidencia jurídicopolítica) que pretenda ser menosprecio a una nación culturalmente integrante de una gran cultura tradicional de la Historia humana, la musulmana y arabófona: nación que alberga en su seno además realidades culturales antiquísimas subsistentes, piénsese en la realidad étnica y lingüística bereber. Marruecos atesora una historia antiquísima ciertamente, mas no una antiquísima conciencia de sí como Hispania o España.
Mas caso de entrarse en temas culturales siempre vidriosos: la cuestión respecto a la ruptura de un filum cultural previo en el caso de la actual realidad de Marruecos en su fina franja costera romanizada hace dos mil años o mil quinientos años, como la integración de su caótico panorama tribal desde los siglos VII y VIII en una nueva y gran cultura de la Historia universal es tan evidente y palpable que no necesita comentario. Como es evidente que las nuevas y grandes en el tiempo ciudades musulmanas (menos en lo que será históricamente Al Andalus donde existe el continuum urbano al contrario que en parte importante del Norte de África) surgen paralelas a las previas ciudades romanas...para crear la nueva realidad del Islám.
En la orilla Norte hoy es evidente que nuestro filum cultural euroccidental, latino y cristiano, y jurídicopolítico europeo y occidental nunca aparentemente se ha roto, al contrario que en la orilla Sur excepto en Ceuta y Melilla donde subsiste oficialmente.
Ello no significa naturalmente que el actual concepto de cultura como de nacionalidad esté sujeto a los criterios que basaron la identificación etnica en torno exclusivamente a una religión o lengua excluyente y omnipresente.
Es de acuerdo a estas dos directrices previas que debe entenderse la reincorporación de Ceuta y Melilla a la Corona española pues explican su presente actual: curiosamente Ceuta como llega a España es a través de Portugal o Lusitania y no con anterioridad a la culminación de la Reconquista de 1492 con la toma de Granada : pues previamente a ello Ceuta estuvo en manos de Portugal.
Hoy en día la identificación etnica tanto de ceutíes como melillenses en torno al concepto España es, evidentemente, multicultural o pluricultural, una identificación que es evidentemente jurídicopolítica y lingüística : mas nunca es religiosa ni racial.