miércoles, 7 de noviembre de 2007

ANOTACIONES LIBERALES:CEUTA Y MELILLA. IMPACTO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN (III): LA INCUESTIONABLE ESPAÑOLIDAD DE CEUTA Y MELILLA.

En las dos entradas anteriores se han analizado, muy sucintamente, dos realidades incuestionables las cuales son la consecuencia de una historia divergente enteramente e Historia que afecta directamente a las pequeñas Españas más allá del Estrecho, básicamente Ceuta y Melilla (no se habla aquí de islitas, peñones y roquitas en el mar o frente a la costa marroquí y aún bajo nuestra soberanía junto a estas dos ciudades).
Igualmente, se han tratado de sentar las bases de comprensión de la actual situación en Ceuta y Melilla ciudades que, además, por el momento, son un pequeño modelo de convivencia en el presente entre varias culturas religiosas integradas en el molde de político, jurídico y administrativo de España: verán, por ejemplo, amparados por un estado aconfesional - mas que mantiene estrechas relaciones de cooperación con la Iglesia católica, hegemónicamente abrumadora en nuestra historia - convivir pacíficamente en nuestros días a cristianos, musulmanes, judíos e hindúes y eventualmente seguidores de otras religiones...nada de esto ocurre en Marruecosm pues el primer elemento definidor de nacionalidad en Marruecos es el religioso y piénsese siempre que, de entrada sí es así, el abandono del mismo molde musulmán e islámico está prohibido.
Verán, igualmente, en dichas ciudades una creciente población de orígen marroquí -ínfima hace cuarenta años en dichas ciudades por cierto - integrarse progresivamente en éste molde.
Verán en dichas ciudades un puzzle lingüístico, desde quienes hablan español, lengua oficial y abrumadora, mas también personas expresarse en árabe, cherja, bereber.
Verán esos maravillosos edificios modernistas característicos del periodo de auge económico característico de la época de primo de Rivera seguramente también...
Apenas se ha hablado pese a ésto (historiar es elegir, nos recuerda Huizinga) de otra cuestión bien distinta: pues al existir en embrión un conflicto y tratándose de España el punto de vista es de un español, nunca obviamente el punto de vista es de un marroquí.
El punto de vista de un marroquí está precondicionado siempre, no olvidemos esto, por una profunda susceptibilidad en un doble sentido básicamente.
Primero, un absurdo complejo de inferioridad cuando se aborda la cuestión en términos de "colonialismos": su orígen, en el caso de Marruecos, es que ni la colonización fué larga en el periodo de tiempo ni pudo cambiar sustancialmente a dichas sociedades, como la descolonización ha sido, en términos históricos, relativamente muy reciente. Absurdo además aplicado a esta situación pues todo parte de un mensaje intencionadamente erróneo: se habla, desde el punto de vista marroquí, de "Colonias" cuando Ceuta y Melilla nunca fueron colonias.
El segundo sentido de ésta susceptibilidad es la profunda diferencia sociopolítica y socioeconómica existente entre Marruecos y España: España es una nación del primer mundo (lamentablemente con muy serios problemas administrativos, políticos y problemas territoriales) y es una democracia parlamentaria consolidada (pese a todos los problemas que digan que pueden existir) : mientras que Marruecos es un estado que identifica su nacionalidad en torno a la Sharia y que no ha sabido encontrar el camino adecuado hacia su desarrollo.
Además, en Marruecos existe una profunda diferenciación étnica interna, diferenciación que es muchísimo más acusada que en España como estado nacional: sin incurrir en el optimismo colonial de los franceses, quienes pretendían acentuar las diferencias entre las zonas costeras arabes y las bereberes y convertir a los bereberes en franceses directamente, es cierto que en Marruecos, hoy por hoy, la problemática bereber es el gran problema al cual se enfrenta siempre el Mazjén.
La política en Marruecos, además, aunque aparente representar los elementos de una democracia moderna y desarrollada formalmente, sociológicamente está envuelta en un aura de sacralidad que rebasa cuanto pueda imaginarse para un español, en torno al Mazjén y el complejo de lo que se llama allí Palacio; nada de esto ocurre en España donde la Monarquía, confesionalmente Católica, ha sido exclusivamente, como Corona, un engranaje histórico de integración en función de teorías pactistas mas siempre poder temporal y nunca teocracia en la tierra.
En consecuencia es preciso expresar tajantemente, antes de dar paso a la cuarta entrada, dos cuestiones previas y esenciales:
a. Ceuta y Melilla nunca fueron colonias y mañana se hablará de esto.
b. Ante la profunda problemática que vive Marruecos deberemos, como españoles, visto lo anterior, acostumbrarnos al recurso del chivo expiatorio colonialista por parte de Marruecos.