Reflexionando sobre ella recuerdo, ahora al respecto, unas palabras de un político (Su Majestad no es político... sino Monarca) y Presidente de una nación democrática, el Líbano; hablo del actual Presidente Michel Aoun (*).
Estas palabras de Aoun, referidas a otras cuestiones, son por quien las dejó dichas hoy;
"Nous ne voulons pas un gouvernement sans opposition, ni des médias sans liberté. Mais l'opposition et la liberté doivent reposer sur des principes dont notamment le respect de la vérité"
La misma es reflexión importante si se piensa, de lo abstracto expresado a lo concreto, en relación a la crísis en Cataluña; pensamiento aplicable desde otro contexto también a lo ocurrido progresivamente, en administraciones de nuestra nación así como a hechos acontecidos en una desde hace al menos cinco años.
En la crísis catalana el gobierno nacional tuvo su contrapeso regional y los medios de comunicación se expresaron con libertad...pero el sectarismo devoró todo finalmente vulnerándose el respeto a la Verdad (o si se quiere, a la realidad). La mixtificación empezó con un rechazo al nuevo Estatuto y terminó... con este desastre.
La falta simultánea de respeto, por parte de gobierno y oposición, a la Libertad (sí, quebrándose nuestras leyes comunes por acción y omisión de actuaciones por parte de quienes, en ambos casos, debían actuar obligados por ellas) y a la Verdad (si no les gusta dicho vocablo sustituyanlo, pues, por la realidad) tendrá doblemente dramáticas consecuencias; primero, ya empezaron, para la vida de millones de catalanes, y segundo para nosotros los demás pues las consecuencias de esta crísis no afectaban a los catalanes sino a todos los demás españoles. Estas dos realidades son la dramática verdad.
El objetivo actual, estos años desde el estallido, hacia 2007-2011 de la espantosa situación de emergencia social en tantas sociedades españolas, por parte de las administraciones españolas, debería haber sido (y ser coordinadamente) el de sentar las bases para que la sociedad española (asi como los integrantes de una serie de sociedades españolas) se recuperase del espantoso mazazo socioeconómico por ella ya padecido desde ya diez años...no hundirla más.
Parte importante de las elites españolas siguen demostrando que el eje vertebrador político de nuestra nación, históricamente, sigue mentalmente siendo cutremente doctrinario y enteramente estatista, y descansa en la mentalidad del mercantilismo político y de los perceptores de rentas públicas considerándolas inacabables (e indiferentes en realidad a los sufrimientos de las sociedades que gestionaron y gestionan).
El comportamiento cotidiano de parte de las mismas crea malestar; indudablemente nos retotrae al siglo XIX y en momentos, ciertamente bien distintos mas no tan alejados, en que mientras unos politicos pontificaban sobre derechos de la nación... nubes y muchedumbres de mendigos, ejércitos de mendigos creados por las medidas de dichos politicos, recorrían todos los campos y ciudades de nuestra España.
Caso de seguir en España faltándose, por parte importante de nuestros políticos, sistemáticamente a la verdad y a la realidad; y también renunciándose, por ellos, a las garantías precisas en que descansan las existencias de nosotros ciudadanos y ciudadanos al final ilusamente confiando en la Justicia y el Derecho...
Igualmente si continúa manifestándose públicamente, con tanta impunidad y ya visto el esperpento vivido en la Autonomía catalana, el desprecio a los Derechos constitucionales de los catalanes (de rebote, de todos nosotros ciudadanos)...todos han olvidado que, hoy, no es en una Autonomía sino en al menos tres donde existen los proyectos excluyentes neoetnicistas...
Nadie se sienta sorprendido, en consecuencia, si terminase en nuestra nación española, por desgracia, por estallar una balcanización, y producirse, al agitarse pasiones finalmente incontrolables, primero un tsunami y después un agujero negro.
(*) En L´Orient-Le Jour
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