domingo, 3 de junio de 2007

ANOTACIONES LIBERALES. MONSEÑOR V.T. Y LA PAZ.

Sábado 2 de Junio.

Las anteriores entradas sobre el conflicto de Indochina serán, en su momento, ampliadas desde el punto de vista del análisis histórico. Mas la entrada de hoy se refiere a unas pequeñas consideraciones sobre una de las innumerables víctimas de conciencia, como de la persecución política desencadenada por el totalitarismo del Partido Comunista norvietnamita, causadas tras el mismo conflicto.
Cuando un religioso survietnamita, internado en un campo de concentración, meditaba sobre el futuro de la Iglesia en el Sur de Vietnam, viendo el inmenso destrozo y pérdida causados por la apisonadora comunista y sectaria nortevietnamita que invadió definitivamente en 1975 el Sur, nunca imaginó, seguramente entonces, que dirigiría muchos años más tarde unos ejercicios espirituales al Santo Padre Juan Pablo II. Tampoco que sería nombrado al frente de un lugar esencial de la diplomacia vaticana.
Retornando a 1975 todo fué nacionalizado entonces. Igual suerte padecieron los bienes de la Iglesia católica survietnamita. Seminarios, periódicos, pequeñas empresas, colegios, todo nacionalizado y estatalizado ante el dolor de una Iglesia . Una vez internado en un campo de concentración tuvo indudablemente ocasión de analizar tranquilamente, arropado por la solidaridad entre los presos de conciencia contra el totalitarismo comunista, en torno a las clandestinas Eucaristías allí celebradas, las vías del futuro, resumidas siempre en unas palabras de Jesús de nazaret: "mi paz os dejo, mi paz os doy".
Lo que dicho religioso, en sus cavilaciones, descubriría tras la hecatombe inesperada en muchos sentidos de 1975, desde entonces y muchos años después, es que las obras siempre son, en última instancia, expresión de la voluntad de Dios y en última instancia nunca de los hombres, como nunca lo son de las instituciones.
Ello no significa, obviamente, que los cristianos y católicos se nieguen a actuar, solamente que deben siempre descansar en Dios. Y también meditándo sobre ello éste religioso llegó a la conclusión que la mejor característica de Jesús de Nazareth es que Jesús de Nazareth nunca supo de economía, es decir, que la trayectoria global del cristianismo significaba siempre que desafiaba la economía terrena pues, en última instancia, es el espíritu el que crea la misma economía.
Pues una de las características del cristianismo, entendido como Catolicismo universal, desde época del Imperio romano, es que los cristianos siempre se negaron a adorar al César divinizado, es decir, prestarse ante los bustos de Emperadores a realizar el llamado Sacramentum. Como creer los católicos siempre en virtudes teologales: Fe, Esperanza, Caridad .
Caridad muy mal entendida esta a veces por aquellos fariseos y sepulcros blanqueados que utilizan el nombre de Cristo para vejar a sus víctimas, víctimas demasiado reales, robándoles en primer lugar sus vidas y su dignidad humana y profesional, como el derecho por ellas adquirido a sus trabajos en su tierra de orígen por ejemplo.
Para los mobbings, vejaciones y la tortura de personas inocentes, por cuenta de poderes terrenales, nunca es legítimo utilizar sus partidas de bautismo.
Un pequeño y simultáneamente excepcional libro, hace pocos años publicado, del cual es autor este religioso, será el próximo objeto de una entrada también en éste blog.