martes, 7 de agosto de 2007

ANOTACIONES LIBERALES: LA GRAN INTOXICACIÓN DE UNA CADENA DE RADIO (II): EL GRAN PROBLEMA DE ESPAÑA, HOY.

Aquella cadena de radio, en aquellas retransmisiones intoxicadoras entre los días 11 y 14 de Marzo de 2.004 , pues fueron intoxicaciones retransmitidas radiofónicamente y naturalmente acreditables, esos tres días, nunca hablaba de una problemática subyacente. Al fín y al cabo dicha problemática era la férrea lucha a muerte entre dos grandes partidos nacionales manifestada en torno al pretexto de un atentado terrorista. Sobre todo, la importancia, para el ámbito nacional, que revestía por el partido Socialista Obrero Español el control tanto del sistema educativo, de una parte, como de Andalucía. Se vió en unas elecciones nacionales el 14 de Marzo. Un número desproporcionado de jóvenes incorporado por primera vez al voto , inconcebible en democracias avanzadas, votó en bloque inusual en democracias avanzadas por el PSOE : al tiempo que, en la C.A. de Andalucía, implosionaba electoralmente el Partido Popular, caso enteramente inusual en una democracia avanzada: el hundimiento del partido de oposición contrapuesto, año tras año, a los andaluces, por el Presidente de la Autonomía.

I

El gran problema de España, hoy, no es sustancialmente un problema surrealista causado por las conversaciones de un partido gobernante con una banda terrorista o, por cerca de tres años, una consciente política de acoso y derribo de un partido nacional democrático y constitucionalista, el Partido Popular español, que representa a la mitad casi del electorado español. Utilizar por ejemplo un antiquísimo Reino, Navarra, Comunidad foral, en conversaciones con asesinos, como si fuese una naranja, explicita lo que ocurre en último lugar. O que el tercer partido en votos, el Psoe de Navarra, lidere la creación imposible de gobierno autonómico, frente a quienes representan casi la mitad de los navarros explicita un problema, no el fondo del problema. La increíble osadía de quienes son terceros en votos impidiendo poder formar gobierno a quienes ostentaban la mayoría legítima, democráticamente expresada en las urnas, explicita la gravedad del problema.
El gran problema de España, hoy, no es sustancialmente la problemática suscitada por la quiebra del estado constitucionalmente definido con los procesos, abierta o encubiertamente secesionistas, de vascongadas y Cataluña.
El gran problema ni siquiera es sustancialmente el intento de crear una nacionalidad histórica en Andalucía , esencial en el diseño de poder previsto por el Partido Socialista Obrero Español .
Todos estos hechos históricos previos son la manifestación de un problema profundo: irresponsabilidades que tienen su raíz en una clase política sin méritos acreditables (méritos eventualmente virtuales como en el caso Roldán) y sindicalizada. Una nomenklatura, según sus detractores, que trata de consolidar una partitocracia sustancialmente izquierdista enquistada administrativamente para controlar la sociedad civil, desarrollar sus tentáculos de poder desde la quiebra del estado centralizado, romper la imagen común compartida de una de las naciones más antiguas del mundo, romper la unidad socioeconómica del mercado nacional, y nomenklatura alejada de lo que reclama la abrumadora mayoría de la población española. La sociedad, intuitivamente, ha empezado a entender algunas cuestiones: si no, no se entiende la altísima tasa de abstención en tres Referendums sucesivos.

II

El gran problema de España subyacente, hoy, es - por desgracia - lo que ellos dicen "todo vale" y en última instancia un problema creciente tanto laboral como empresarial en una serie de Autonomías.
Es cierto que existen, en España el año 2.007, muchas realidades y sociedades; no en vano los sociólogos no hablan de sociedad española sino de sociedades españolas, por las peculiares características diferenciadoras que existen entre las distintas Autonomías.También es cierto que, culturalmente hablando, muchos análisis, en cada universo de análisis, ya no hablan exclusivamente de realidades aparentemente estancas sino de la pluralidad de manifestaciones culturales dentro de cada sector específico de población analizado sociológicamente.
El gran problema de España, en última instancia, es laboral y empresarial se reitera y, en algunas Autonomías, por ejemplo en la nuestra andaluza adquirirá, en no mucho plazo de tiempo, dimensiones antológicas. Un sistema sociolaboral basado en la brutal explotación intensiva de una mano de obra barata y explotada, si tiene formación es peor aún para ella pues es culpable de su talento, esfuerzo y trabajo previo por lo visto.
Sistema de explotación intensiva apoyado sistemáticamente por autodenominados empresarios públicos y privados y, en realidad, siendo ellos o apoyándose ellos en sindicalistas sin formación ninguna, mamando ellos el día entero de las ubres del estado.
Por ejemplo, la ciudad de Sevilla, carece ya de una clase media alta autóctona de empresarios autosustentables: en ésto, la economía de una serie de realidades andaluzas, insertada en el primer mundo y ya en proceso de argentinización, se acerca obviamente a las economías del tercer mundo ... no emergente. Empresarios que existieron previamente en un marco laboral de relaciones laborales, pese a ser casi socialista en el régimen anterior , como en el anterior fué de características liberales previo al Keynesianismo.
El gran número de empresas y sociedades existentes en Sevilla hoy son en su abrumadora mayor parte microempresas para la subsistencia de sus titulares (hasta que desaparezcan, verán cómo antes o después intentan destruírlas) ; mas el significativo número de empresas por ejemplo y sociedades existentes entre los cincuenta y los ochenta, en que naufragó todo, no existe ya por la brutalidad de la crísis que estalló en 1973 y duró hasta avanzados los ochenta en la capital andaluza y desmanteló su tejido industrial. Hoy los polígonos industriales son inmensos complejos de naves de redistribución de mercancías. Naturalmente ahora se explica (lo supo atónito el autor de éste blog hace unos días) también a alumnos universitarios que en Sevilla, entre los años cuarenta y principios de los ochenta, nunca hubo industria: qué inmensa desverguenza.
Por el contrario, a finales de los ochenta, en proporción decreciente en los noventa, de cada tres personas en activo, dos trabajaban para el sector público en Sevilla y la masa funcionarial, directa o indirectamente, sumaba más del 40% de la masa laboral en 1998.
Trabajaba el autor de éste blog, como traductor, discontinuamente para una pequeña empresa privada y Escuela de Idiomas con anterioridad a 1990, la cual no podía darle de alta ni pagarle una Seguridad social. Nunca se quejó por ello pues era consciente de ello. Aquella dama chilena y española era una empresaria de verdad. ¿No saben por qué tuvo finalmente que cerrar? ¿Cuántas empresas han cerrado por no cobrar los servicios, solicitados a ellas, por la administración? ¿Se conocen las estadísticas al respecto? Existen estos casos, y el autor de éste blog conoce varios casos . Incluso, años después, antes de abandonar esta ciudad, los sollozos de ésta dama, chilena y sevillana, narrándole las humillaciones en oficinas públicas, a quien la administración no pagaba por servicios previamente prestados. Pues, para estos sindicalistas, dicha señora empresaria necesitaba cobrar.
Vaya sistema socioeconómico: las personas por lo visto necesitan trabajar, buscar trabajo (peor aún con formación) es mendigar un puesto de trabajo pero, por otra parte, a los empresarios privados, quienes controlan las palancas del sistema dicen que los empresarios necesitan cobrar. Empresarios cuyas pequeñas empresas desaparecen por ello, porque no cobran sus servicios o productos.
En el caso de personas por cuenta ajena, Contratos de docencia universitaria, impuestos vejatoriamente, no contemplados en convenios universitarios nacionales ni autonómicos, ni ámbito público ni privado, para Doctores universitarios: pues los doctores por lo visto necesitan trabajar (igual que quienes hacen dichos contratos, por cierto).
Sueldos ínfimos no contemplados en convenios para titulados superiores pese a estar el dinero presupuestado previamente y constar la formación y exigir dichos trabajos , pues los titulados superiores necesitan trabajar.
¿O se creían los miembros sindicalizados que una clase sociológicamente empresarial y de industriales, o de profesionales libres, o de white collar o universitarios técnicamente eficientes , o mezcladas las tres, se improvisa en una sociedad?
El tejido empresarial andaluz, aquellos años, finales de los ochenta y finales de los noventa, era absolutamente inestable. No sé si los amables lectores son conscientes que las estadísticas de hace dos o tres años anunciarán pronto un caos: a menos que la sociedad colectivamente , en libre ejercicio de la responsabilidad de sus miembros , de acuerdo con la libertad natural, pueda y sepa conjurarlo.