El tópico de las tres culturas, entendido como una pasada Edad de Oro, es solamente un tópico. Ya un gran arabista como Claude Cahen alertaba contra el excesivo entusiasmo existente, en determinados ambientes, respecto al diminuto Califato de Córdoba. Igualmente el pretexto de las tres Culturas, sacado de contexto, es uno de tantos tópicos utilizados por la gauche para desarticular administrativamente las raíces históricas comunes abrumadoras de los españoles y de la nación española concebida en el periodo largo de tiempo histórico. Igualmente es erróneo contraponer, en el mismo nivel, la idea de Reconquista durante ocho siglos y la de Jihad, pues Reconquista es respuesta en su planteamiento a una agresión previa, encima asimilada a Cruzada por el Papado en 1102.
Existen, antes de continuar, dos evidencias: primera, por ocho siglos, para los descendientes de las poblaciones previamente hispanoromanas de la península,abrumadoramente cristianos y sus minorías judías desde el siglo X y XI, judíos quienes actuaron entre los siglos XI y XV de acuerdo con los cristianos, Hispania o Spania desde el siglo VI, es un todo, es la herencia de sus antepasados hispanoromano cristianos y eventualmente judíos. El shock de la diáspora después de 1492 y de lo que percibieron los sefardíes como traición de los católicos españoles a ellos explicaría, entre otras diversas cuestiones, que la memoria de los exiliados fuese convertida, por dolorosa nostalgia, por los judíos, en la melancolía y el recuerdo hacia Sefarad. Los judíos, en éste caso, siempre fueron a la zaga de la mayoría de la población peninsular: pues si en las Españas musulmanas (entre fines del siglo XI y XIII, entre 1212 y 1263 reducidas al diminuto Reino de Granada) Jihad significaba, en resumen, arabización lingüística y Sharia, Reconquista en las Españas cristianas significaba, por el contrario, sintonía entonces con el resto de Europa occidental y el impresionante auge de la Baja Edad Media como de los Reinos cristianos peninsulares entonces. Al fín y al cabo, el momento clave, en Julio de 1212 fué la batalla de las Navas de Tolosa.
La Reconquista fué formulada, ideológicamente, por los clérigos asturianos desde el siglo IX: éste concepto informaría, en torno finalmente a un milenarismo cristiano, siempre la idea de la Restauratio de las Españas y de la Renovatio de las Españas en los ocho siglos siguientes, en su integridad. España, usurpada según los hispanoromanos católicos en el siglo VIII, recuperaría su unidad en sus dimensiones: unidad de fé, unidad de territorio, unidad de dirección política. Y mientras durase la misma se desarrollaría (es un ejemplo de Historia que se hace a sí misma, como ocurre por ejemplo, con otras características y circunstancias históricas con la Restauratio de Israel en el siglo XX) en el solar de nuestra península este objetivo último de los cristianos españoles : como la dramática problemática de las tres culturas, objeto de dos entradas más.
Existen, antes de continuar, dos evidencias: primera, por ocho siglos, para los descendientes de las poblaciones previamente hispanoromanas de la península,abrumadoramente cristianos y sus minorías judías desde el siglo X y XI, judíos quienes actuaron entre los siglos XI y XV de acuerdo con los cristianos, Hispania o Spania desde el siglo VI, es un todo, es la herencia de sus antepasados hispanoromano cristianos y eventualmente judíos. El shock de la diáspora después de 1492 y de lo que percibieron los sefardíes como traición de los católicos españoles a ellos explicaría, entre otras diversas cuestiones, que la memoria de los exiliados fuese convertida, por dolorosa nostalgia, por los judíos, en la melancolía y el recuerdo hacia Sefarad. Los judíos, en éste caso, siempre fueron a la zaga de la mayoría de la población peninsular: pues si en las Españas musulmanas (entre fines del siglo XI y XIII, entre 1212 y 1263 reducidas al diminuto Reino de Granada) Jihad significaba, en resumen, arabización lingüística y Sharia, Reconquista en las Españas cristianas significaba, por el contrario, sintonía entonces con el resto de Europa occidental y el impresionante auge de la Baja Edad Media como de los Reinos cristianos peninsulares entonces. Al fín y al cabo, el momento clave, en Julio de 1212 fué la batalla de las Navas de Tolosa.
La Reconquista fué formulada, ideológicamente, por los clérigos asturianos desde el siglo IX: éste concepto informaría, en torno finalmente a un milenarismo cristiano, siempre la idea de la Restauratio de las Españas y de la Renovatio de las Españas en los ocho siglos siguientes, en su integridad. España, usurpada según los hispanoromanos católicos en el siglo VIII, recuperaría su unidad en sus dimensiones: unidad de fé, unidad de territorio, unidad de dirección política. Y mientras durase la misma se desarrollaría (es un ejemplo de Historia que se hace a sí misma, como ocurre por ejemplo, con otras características y circunstancias históricas con la Restauratio de Israel en el siglo XX) en el solar de nuestra península este objetivo último de los cristianos españoles : como la dramática problemática de las tres culturas, objeto de dos entradas más.
