lunes, 10 de septiembre de 2007

¿EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA? (IV)

I.

Reseñaba el autor de éste blog, en su apreciación, la incongruencia de suscitar una materia, como tratar de imponerla, con dicho nombre; toda vez que el sistema educativo logsiano previamente existente permitía, dejando una gran libertad en tres niveles diferentes a cada centro de enseñanza y de acuerdo con su ideario, adaptar a cada cosmovisión propia, los elementos para desde su perspectiva crear los mejores ciudadanos.
Tratar de imponer, a través de una materia específica, una visión unilateral sobre la realidad a todos los alumnos acorde a la ideología de un determinado tipo de intelectuales significaba un riesgo totalitario que, ya previamente, había sido anunciado en éste blog.
Cuestión diferente es cómo el sistema logsiano en sí poseía determinadas limitaciones que en apreciación del partido que gobernó anteriormente hasta 2.004 debían ser subsanadas.
Siendo la educación, primero, derecho y responsabilidad de las familias (la cosmovisión de las familias nunca puede ser suplantada y es derecho de los padres educar a los hijos de acuerdo con sus creencias) como del estado el cual no puede entrometerse en la cosmovisión de las familias suscitar esta materia podía prestar a muchos problemas. Es, en última instancia, en teoría, el papel de la educación: con el vocablo educación se alude siempre aquí a las varias dimensiones de la misma y empieza, indudablemente, en el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus creencias.
Por ello es preciso deplorar, en primer lugar, la demagogia existente en determinados momentos sobre un tema tan sensible cuando, con anterioridad a 2.004, el Partido Popular trató legítimamente de introducir elementos correctores a aspectos que no funcionaban del todo bien en el sistema de la LOGSE o logsiano.
Gran problema conceptual como punto de partida: ¿qué quiere decirse cuando se habla de ciudadanía si no ha existido consenso social sobre ésta cuestión? o bien ¿qué sentido tiene, por ejemplo, hablar de Sindicato de Estudiantes? Abstraigamos esta última definición de connotaciones peyorativas y dejémosla en su misma raíz: entendamos sindicato como asociación de personas creadas para defender legítimamente sus intereses: estos intereses son siempre económicos y laborales según la misma raíz de la expresión etimológicamente entendida.
Mas los estudiantes nunca son un grupo entendido laboralmente de profesionales libres, trabajadores por cuenta ajena, o bien empresarios, o bien propietarios de bienes inmuebles, pues los estudiantes dependen de sus familias y del estado, incluso después de su mayoría de edad: su obligación siempre es ... trabajar, es decir, estudiar como compensación al esfuerzo que hacen las familias y el estado por ellos.
Una de las carencias detectadas en la anterior campaña electora española, que diferenció las mismas de otras naciones europeas como Francia o como Bélgica, fué la mínima importancia dada a éste tema de la Educación, tan sensible e importante, realmente trascendental, para las sociedades. Pues es a través de la educación, vocablo que reviste varias dimensiones se reitera, como se forma, condiciona indirectamente y también se hace evolucionar a una sociedad.
En los debates de la campaña electoral francesa por ejemplo, como en la propaganda electoral, uno de los puntos comunes e incuestionables proclamados reiteradamente tanto por Sarkozy como por Segolene Royal era la importancia dada a la educación.
¿Por qué se plantea en consecuencia una Educación para la ciudadanía en éste momento?

II.

Siempre debe tenerse en cuenta, en los análisis de las realidades sociales entendidas antropológica o sociológicamente (la sociología, recuérdese siempre esto, es ciencia que es una Historia que se ignora a sí misma) cómo las sociedades entendidas según el análisis de los patrones culturales evolucionan muy lentamente.
Por ejemplo, en el caso español, existiendo una paulatina descatolicización de la sociedad española desde hace más de cuarenta años ello no impide que aún más del 80% de los padres de familia sigan siempre demandando una educación de sus hijos de acuerdo con la cosmovisión de la religión católica o eventualmente cristiana. Como ello no impide que una sociedad enculturada en el catolicismo sociológico desde al menos el siglo V-VI haya en el crisol del cristianismo en España entendido como catolicismo romano subsumido tantas realidades culturales diferentes previas.
Esta realidad era patente en 1978, cuando el 99 % de la población española seguía proclamándose católica de acuerdo con lo que fué la religión hegemónica en nuestra historia nacional.
¿Qué es un Patrón cultural? Un patrón cultural es un modelo que elaboran científicos sociales analizando características de un colectivo humano para singularizar y comprender una realidad cultural y abarca innumerables aspectos de dicha realidad analizada en el grupo de seres humanos que se estudia, grupo analizable en cualquier dimensión.
A través de estudios estadísticos pueden detectarse dichos cambios progresivamente. En cada momento histórico, a partir de los años 50 y 60 sobre todo, hasta hoy estos estudios, con todas las limitaciones características de las estadísticas, nos permiten entender la evolución de la sociedad española entendida en creencias, actitudes, valores.
Cada partido, legítimamente , cuando gobierna pretende influír en la realidad sociológica de acuerdo a su cosmovisión : pero ningún partido puede, en un sistema que se pretende democrático y desarrollado, pretender influír en el adoctrinamiento ideológico de toda la sociedad y éste era el gran riesgo de dicha asignatura si no era consensuada entre varias partes diferentes.
A menos que la intención, introduciendo dicha materia, sea por algunos pretender influír en el patrón cultural tradicional de la misma sociedad española para forzarla a cambiar rápidamente y entrando en el derecho (irrenunciable de los padres) de influir en la cosmovisión de niños, adolescentes y jóvenes y sustituírla por la del estado (es decir, la de quienes lo dirigen coyunturalmente) : y ésta, por desgracia, es la característica primordial de los sistemas totalitarios, pretender forzar a las sociedades a adoptar realidades que van en contra de su tradición antropológica, sociológica y cultural. El intento de cambio forzado y acelerado es el que genera sufrimientos tremendos en sociedades e individuos.

Entrada insertada el 28 de octubre 2.007.