La Sonnerie de Sainte Geneviéve du Mont á Paris es una melodía datada según especialistas en 1723, cuya autoría corresponde a Marin Marais. Compuesta para uso de violín, viola da gamba y B.C. fué publicada en una gran recopilación musical el mismo año.
En ésta entrada se comenta una de las tres grabaciones sobre ésta melodía que posee el autor de éste blog: dos de ellas en formato de disco de vinilo, una en cd. Estas grabaciones demuestran, siempre, cómo lo melódico (atrapado en el espacio y tiempo en la grabación) siempre varía en función de sensibilidades de intérpretes, tempos y de orquestas. En otras entradas se comentarán otras dos grabaciones más orquestales diferentes sobre ésta melodía.
La música de la Corte de Versalles puede ser interpretada, naturalmente, de muy diferentes maneras: ésta interpretación aquí comentada, entre otras melodías de los compositores Marais, D´Anglebert y Forqueray se deben en ésta grabación al equipo compuesto por Gustav Leonhardt y Sigiswald y Wieland Kuijken.
Con sello Deustche Armonia Mundi y en la colección Concierto barroco es interpretación esencial : corresponde a la mítica Petite Bande, mítica y real pues la característica de éstos músicos es interpretar estas melodías de una manera acorde a la técnica musical característica de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Un modo de interpretación que chocó , obviamente, frontalmente con los críticos musicales, visto que estos músicos tratan de interpretar sus melodías acorde a las técnicas de dos siglos y más atrás : por ello, nada en ellos es cercano al mecanicismo que se presupone en la música barroca y , todo lo contrario, entremezclan en la ejecución tranquilidad y lentitud, súbita agilidad, ciertas brusquedades y, naturalmente, discontinuidad en tempos musicales. En resumen, músicos que abordan una partitura con frescura y sensibilidad para evitar un exceso de solemnidad en la interpretación.
Gustav Leonhardt, intérprete de clavecín o clavicembalo, es profundo conocedor de compositores y teóricos musicales de la época barroca: las interpretaciones de Leonhardt se caracterizan por evitar continuamente regularidades ritmicas y mecanicismos tratando de resaltar la emoción contenida subyacente en las melodías consignadas en partituras; como los dos hermanos Kuijken, por su parte, siguen fielmente la antigua técnica de interpretación. La sonoridad que provoca en el violín barroco Sigiswald Kuijken está causada precisamente por su uso de acuerdo con la técnica de entonces y no la contemporánea.
La presentación a éste Cd es de Jens Markowsky , traducción de Aurelio de Iztueta; ambos ayudan al oyente a entender todo esto previamente expuesto.
En ésta entrada se comenta una de las tres grabaciones sobre ésta melodía que posee el autor de éste blog: dos de ellas en formato de disco de vinilo, una en cd. Estas grabaciones demuestran, siempre, cómo lo melódico (atrapado en el espacio y tiempo en la grabación) siempre varía en función de sensibilidades de intérpretes, tempos y de orquestas. En otras entradas se comentarán otras dos grabaciones más orquestales diferentes sobre ésta melodía.
La música de la Corte de Versalles puede ser interpretada, naturalmente, de muy diferentes maneras: ésta interpretación aquí comentada, entre otras melodías de los compositores Marais, D´Anglebert y Forqueray se deben en ésta grabación al equipo compuesto por Gustav Leonhardt y Sigiswald y Wieland Kuijken.
Con sello Deustche Armonia Mundi y en la colección Concierto barroco es interpretación esencial : corresponde a la mítica Petite Bande, mítica y real pues la característica de éstos músicos es interpretar estas melodías de una manera acorde a la técnica musical característica de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Un modo de interpretación que chocó , obviamente, frontalmente con los críticos musicales, visto que estos músicos tratan de interpretar sus melodías acorde a las técnicas de dos siglos y más atrás : por ello, nada en ellos es cercano al mecanicismo que se presupone en la música barroca y , todo lo contrario, entremezclan en la ejecución tranquilidad y lentitud, súbita agilidad, ciertas brusquedades y, naturalmente, discontinuidad en tempos musicales. En resumen, músicos que abordan una partitura con frescura y sensibilidad para evitar un exceso de solemnidad en la interpretación.
Gustav Leonhardt, intérprete de clavecín o clavicembalo, es profundo conocedor de compositores y teóricos musicales de la época barroca: las interpretaciones de Leonhardt se caracterizan por evitar continuamente regularidades ritmicas y mecanicismos tratando de resaltar la emoción contenida subyacente en las melodías consignadas en partituras; como los dos hermanos Kuijken, por su parte, siguen fielmente la antigua técnica de interpretación. La sonoridad que provoca en el violín barroco Sigiswald Kuijken está causada precisamente por su uso de acuerdo con la técnica de entonces y no la contemporánea.
La presentación a éste Cd es de Jens Markowsky , traducción de Aurelio de Iztueta; ambos ayudan al oyente a entender todo esto previamente expuesto.
