miércoles, 19 de septiembre de 2007

ANOTACIONES LIBERALES: QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN ESPAÑA (III).

En segundo lugar, indudablemente, nuestra nación se encuentra involucrada en una progresiva revolución silenciosa. Una revolución, evidentemente , con características jacobinas...
Desde éste momento, encontrándose el amable lector en un blog conservador, siendo el autor de éste blog tanto admirador de Montesquieu (por cierto, aristócrata) como de Burke (por cierto, genio) debe manifestarse claramente que el vocablo Revolución y cultural reviste desde ahora el pleno sentido peyorativo que tiene, tal cuál es históricamente.
Revolución cultural silenciosa, creciente, mas Revolucíón cultural evidente: pues es una revolución, entiéndase ahora peyorativamente el vocablo, de características jacobinas. El proceso histórico radicalizador jacobino se caracteriza por una acumulación progresiva de exclusiones frente al temor (finalmente éste temor era un pretexto) hacia los realistas.
La dramática peripecia histórica del jacobinismo francés degeneró en la dictadura del Terreur ; la minoría jacobina mandó a la mayoría girondina a la guillotina, después organizó los tribunales revolucionarios y desencadenó el Terror, y finalmente el Terror fué abortado enviando (afortunadamente) a la guillotina, previa y masivamente utilizada por ellos, a la pandillita de sectarios sociópatas empezando por Robespierre.
El proceso en Francia terminó suavemente ; terminó entonces naturalmente con una despolitizada y encubierta dictadura militar. Un personaje tan problemático como Robespierre, frío como un gato retorcido, fanático de Rousseau, siempre hablando de la "Volonté générale" en sentido totalitario, siempre hablando de la "Virtud", del "Pueblo" y viendo los seres humanos como categorías abstractas, mandó a la guillotina entre otros millares y millares de inocentes a una fuerza de la naturaleza como Danton. Un buen hombre como Danton en tantos sentidos, mujeriego empedernido desde que enviudó, ejemplar marido desde que volvió a casarse (además con un sacerdote delante, como debería ser), buen bebedor, mejor gourmet; u otro como Camille Desmoulins, el periodista amigo del pueblo, poco podían hacer frente a esos sectarios.
La característica de los sectarios siempre es que frente a la lógica de los hechos imponen la lógica de la violencia; otra cuestión vigente, crecientemente, en nuestros días en España.
El proceso empezó en un sector tal vez hace diez años, u ocho, cuando uno de los dos grandes partidos nacionales y en él la facción de izquierdas, intuyó y entendió que si el otro, el partido de centro y centro derecha gobernaba doce años sucesivamente... desaparecería indefectiblemente.

Y, en medio de éste proceso prerevolucionario o revolucionario, entonces en Francia como hoy en España, siempre se encuentran, en todas las épocas, esos personajes usuales y sorprendentes, característicos de cualquier sociedad humana: piense el amable lector en uno en concreto. Cuando Louis XVIII, tras larguísimo exilio, fué restaurado en el Trono preguntó a éste personaje retotrayéndo su mente más de veinte años atrás: "Me han dicho que usted votó la guillotina para mi hermano" y éste individuo contestó sin pestañear, posición de firmes e inclinando su cabeza: "Fué el primer servicio para su causa". Snif.
"Revolución jacobina" explicaba antes : ¿jacobinismo en España? En España. Entiéndase ésta crítica, características jacobinas, en su justo contexto también, al igual que el empleo de la palabra Revolución.
Ciertamente existen elementos en el análisis de la situación española discordantes para utilizar este vocablo: el jacobinismo, activo desde la llamada Logia jacobina, la gran incubadora de odio, implicaba en su radicalización un sistemático y violento centralismo administrativo entendido como exclusión sectaria de los demás, un sistemático estatismo opresor y creciente , un sistema de policía totalitaria que controlaba la opinión, la proscripción pública de la Religión.
Por otra parte un sector de los jacobinos eran naturalmente tan corruptos que, aparte de enviar a la guillotina a los inicialmente semihonrados o idealistas y honrados de su propio bando determinadas familias acumularon fortunas ; fortunas revolucionarias, claro, inimaginables antes de 1789 incluso entre la alta aristocracia.
¿Y por qué nos encontramos ante un progresivo proceso revolucionario de características crecientemente jacobinas?
Porque, en primer lugar, se está vacíando nuestra Constitución española desde dentro.