jueves, 20 de septiembre de 2007

ANOTACIONES LIBERALES: QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN ESPAÑA (IV).

En tercer lugar, nuestra nación asiste a la encubierta liquidación de un modelo social y político de convivencia erigido en torno a la Constitución de 1978. Recapitulo las anteriores afirmaciones, una vez situadas progresivamente en su contexto.
Nos encontramos inmersos en una creciente Revolución cultural, entendida en ésta entrada en sentido peyorativo: y los españoles vivimos progresivamente los prolegómenos de una revolución jacobina (en rigor, pasando del ensayo a un marco de análisis rigurosamente histórico, pseudojacobina). En ésta Revolución también puede detectarse que están utilizándose como instrumentos de un cambio similares criterios a los seguidos, en su momento histórico, por el Club político o Logia jacobina.
Si se piensa tranquilamente sobre la cuestión es evidente, y sorprendente, la similitud de una serie de elementos entre un momento histórico y otro: ciertamente existen también notorias divergencias entre un momento histórico y otro. Son sociedades enteramente diferentes, circunstancias históricas enteramente diferentes, circunstancias políticas absolutamente diferentes, sociologías enteramente ajenas en varios sentidos, a causa de una diferente evolución histórica enteramente dispar entre dos grandes naciones europeas.
Por ejemplo: el jacobinismo, suplantando la administración, radicalizó la centralización administrativa revolucionaria en Francia. El actual jacobinismo español remodela por el contrario internamente el estado para imponerse por doquier centralizándose en un partido político y auxiliado por la alianza de los tropecientos pitufines neoetnicistas. Mas existen similitudes sorprendentes y evidentes...

Las similitudes pueden resumirse en los siguientes puntos:

a. Existe un estado de ánimo, o de mentalidades, de creencias, jacobino y pretende imponerse universalmente, a costa de otros estados de ánimo y de mentalidades. Éste es el instante en que la Revolución francesa tomó el camino hacia la desviación totalitaria. En rigor: la volonté générale, formulada por Rousseau, debe ser según ellos aplicada de manera laminadora sobre los demás. Quienes deciden cuál es la volonté générale son ... los jacobinos naturalmente. En nuestro caso español, por ejemplo, el gran pontífice mediático de la exclusión, por varios años, ha sido el gran revolucionario (chic) Pepiño Blanco...y sus entrañables anatemas (por su ineficacia) contra el Partido Popular. "Sea anatema" pontificaba semanalmente. Ji: vaya éxito, el Partido Popular sigue incólume cual roca. Igual que los progresistas de 1836...contra los monárquico conservadores; hicieron la revolución de 1836, se descuidaron y en 1837 arrasaron, legítima y libremente, los monárquico constitucionales.
Los partidarios de la política neojacobina en España hoy además amasan inmensas fortunas: piénsese en el Imperio polanconio, entre otras grandes familias, quienes no eran precisamente progres ni pobres en el antiguo régimen previo a 1975.
Finalmente, al igual que entonces en Francia, nuestros girondinos actuales, es decir, nuestros políticos del Partido Popular, son expertos en colocar voluntariamente sus cuellos a los hipotéticamente futuros guillotinadores: lo vivimos todos los españoles entre los días 11 y 14 M de 2.004.

b. Existe dentro de éste estado de ánimo jacobino, en un sector, el odio hacia la Religión. Pruebas continuas se manifiestan continuamente en España, bien en prensa bien en medios de comunicación. No en vano la libertad religiosa, en una sociedad, ampara todas las libertades posteriores , en última instancia libertad de conciencia, es la que garantiza posteriormente todas las libertades . No en vano las democracias evolutivamente más asentadas y viables, como la norteamericana o inglesa son - en teoría - democracias ordenadas por Dios. Nacen de la matriz religiosa; y nadie, naturalmente, puede discutir ni va a discutir con Dios pues, excepto en la Eucaristía en el caso nuestro católico, no suele bajar mucho entre nosotros. Por el contrario la democracia totalitaria , como trataban de implantarla los jacobinos, excluía, de entrada, a Dios. La nación, en última instancia, en su simplificación totalitaria, la encarnaban los jacobinos suplantando la conciencia de todos los franceses.

c. Es característica histórica del jacobinismo, eliminada la religión, la elaboración de un corpus ideológico totalitario como la creación del lenguaje totalitario, en sentido contemporáneo. Lo único medio en condiciones que hicieron los jacobinizantes ( fuesen post o prejacobinos) y jacobinos , sería desarticular la conspiración del comunismo agrario de Babeuf: no por amor a los campesinos franceses sino porque, posiblemente, les impediría adquirir más tierras a un puñado de familias. Mas su cálculo egoísta benefició a millones de familias quienes accedieron, legítimamente, a sus tierras. Y además, lo decía Tayllerand: "Jacobinos, ministros, ya no son jacobinos". Bien, hoy se diría: "Socialistas, ministros, ya no son tan socialistas".
En éste sentido, históricamente, el totalitarismo jacobino, auxiliado por una maquinaria propagandística abrumadora, reducía en sí mismo la nación como utilizaba, en su beneficio, la caricaturización de la realidad.

d. En ésta política neojacobina crecientemente impuesta, la lógica de los hechos es sustituída por la lógica de la violencia. La lógica de la violencia significa la exclusión del otro sistemáticamente. En un sentido es lo contrario, paradójicamente, al periodo autoritario anterior: pues en el régimen autoritario anterior nunca se discutía con los hechos, por eso desapareció el régimen autoritario en un inmenso suspiro finalmente, de tristeza para unos , de alivio para otros, de alegría para otros. Y en otro sentido lo que ocurre crecientemente en gran escala implica exactamente lo contrario a lo que significó, en sí, la Transición democrática; sustituír una lógica de exclusión de minorías dirigentes para cooptarlas, por el contrario, de nuevo de nuevo bajo el manto de la Corona.

¿Significa esto que el autor de éste blog afirma, tajantemente, que el partido que nos gobierna, actualmente, a los españoles es como tal un partido totalitario?. No.
Significa, sencillamente, que los españoles nos acercamos, como pueblo, progresivamente a un creciente riesgo totalitario.