domingo, 16 de septiembre de 2007

RECUERDOS PERSONALES SOBRE MELODÍAS: CORO DE LA IGLESIA RUSA DE GINEBRA.

En ésta entrada comento el Cd "Chants lithurgiques ortodoxes russes: la Fête de la Croix" editado por Cascavelle, cánticos interpretados por el Choeur de l´Église russe de Genève , dirigido por Alexandre Diakoff. El Cd fué grabado, en 1996, para celebrar musicalmente el 150 aniversario del nacimiento del gran compositor y reformador musical Alexander Arhangelsky (1846 - 1924).
En éstos días, momento adecuado en consecuencia para insertar éste souvenir melódico, se celebra igualmente la fiesta de la Exaltación de la Cruz entre nosotros los católicos. Momento pertinente pues para recordar algunas cuestiones.
Existen doce grandes fiestas en la Iglesia ortodoxa: la Exaltación de la Cruz es la única gran fiesta entre éstas doce celebraciones ortodoxas que no tiene directamente relación con episodios de la Vida de JesuCristo o de la Virgen María. Es preciso recordar, sobre la liturgia ortodoxa rusa, que seguía inicialmente los moldes de la Liturgia del Catolicismo Oriental de Constantinopla, aún no ortodoxia pues entonces el Santo Padre de Roma y el Patriarca de Constantinopla no se habían excomulgado mutuamente.
Al fín y al cabo, la decisión por parte de la naciente Rusia (entonces Ucrania y estado de Kiev) de depender religiosamente de Bizancio, de Constantinopla y del rito Oriental fué tomada por el impacto emocional y estético que supuso aquella liturgia, según la Crónica, en los embajadores de Kiev: la historia del mundo cambió en esos instantes, pues los embajadores enviados por Wladimir para conocer religiones pudieron adoptar la Liturgia Católica occidental o la religión judía incluso: el rechazo de la religión judía, practicada entre los Jázaros, fué sorprendente pues la causa parece ser estuvo en que los rusos no estaban dispuestos a prescindir de los deliciosos asados de cochinillo.
Las melodías grabadas relacionadas con ésta celebración deben recordarnos siempre que la fiesta fué instituída en época del Imperio romano en el siglo IV d.d.C. y la misma conmemora precisamente un episodio histórico trascendental: el redescubrimiento del madero en que fué crucificado Jesucristo y su presentación a la Emperatriz romana y cristiana Santa Helena.
Es curioso que éste gran Cd me fuese obsequiado por una prima hermana , ortodoxa practicante, casada con un ortodoxo practicante. La audición inicial me retrotrajo a un pasado cuando acompañaba, en Bruselas, a mi abuela materna, siendo niño, a una preciosa Iglesia ortodoxa cercana: mi abuela materna, nacida ortodoxa y convertida al catolicismo consecuentemente, en ocasiones acudía a dicha Iglesia para recordar las ceremonias religiosas que fueron de su infancia, adolescencia y juventud. Cuando recibí éste precioso Cd recordé aquellos recuerdos de un pasado en tiempo biográfico cronológicamente lejano como rememoré, cercanamente, la atmósfera de aquellos cánticos envolventes y misteriosos.
En las principales Iglesias ortodoxas la Cruz, con motivo de ésta fiesta, se expone en el centro de ellas recubierta de flores : el sacerdote bendice en dirección hacia los cuatro puntos cardinales como a los fieles, y el Coro canta, en cada ocasión, un gran número de veces, "Gospodi Pomiloui", "Señor, ten piedad".
No piense el amable lector que estos coros son conjuntos rancios y pasados de moda. Adaptados a cada época los mismos, el coro de la Iglesia rusa de Ginebra no solamente se dedicaba a interpretar música litúrgica: la colaboración con los ballets de Serge Diaghilev por ejemplo, o bien sus colaboraciones en composiciones de coro a capella de Igor Stravinsky con anterioridad a la primera Guerra Mundial, testimoniaron su vitalidad.
Igualmente, en el periodo de entreguerras, el Coro de la Iglesia Rusa ofreció numerosos conciertos de música coral, bien de música de la liturgia rusa, bien de los espirituales negros, bien de música antigua y clásica de nuestro Occidente.
El Coro de la Iglesia Rusa de Ginebra estuvo dirigido por cuarenta años por Wladimir Diakoff. Sucedió a Wladimir Diakoff Igor Diakoff, y en 1988, antes de la caída del comunismo, el Coro participó en París en las conmemoraciones del milenario del bautismo del príncipe Wladimir de Kiev y de todo su pueblo.
Las composiciones de Alexander Arhamgelsky aquí contenidas fueron armonizadas, transcritas y compuestas por éste compositor y testimonian, por otra parte, el cosmopolitismo intrínseco a la cultura rusa: Arhamgelsky, nacido en 1846 y fallecido en exilio en 1924, es autor de éstas composiciones corales referidas a Vísperas y Cánticos litúrgicos. Arhamgelsky era profundo conocedor de la música occidental de los siglos XVII y XVIII: en el último cuarto del siglo XIX difundió, en conciertos, obras de Bach, Haendel, Lasso, Palestrina, Schütz y Cherubini. Además éste autor impulsó activamente el movimiento de reforma de la música litúrgica rusa.
En cuanto a los cánticos litúrgicos contenidos en éste Cd: una parte la componen vísperas, otra cantos litúrgicos, incluídas letanías tradicionales.
La melodía 14, ardiente letanía, tradicional composición continúa transmitiendo ése sentido envolvente y misterioso de dicha liturgia presidida por la voz grave y profunda del diácono y protodiácono sobre un fondo coral. La melodía 15, el Lje herouvimy, Canción de los Cherubim, con música de Grigory Lvovsky , es sublime. El Himno a la Cruz (Kriest hranitiel) que cierra éste Cd testimonia, melódica y estéticamente, al final dos cuestiones complementarias: la exaltación de la Cruz es la exaltación de la misma condición contradictoria característica del ser humano en su radical cotidianiedad , e igualmente, siempre, es interesante contrastar liturgias diferentes. Sobre todo pensando en el relativo abandono melódico en que está sumida , en ocasiones pienso languidece, nuestra liturgia católica: aunque obviamente ello no ocurre en todas partes afortunadamente.
Éste Cd fué grabado los años 1994 - 1996 en la Iglesia Rusa de Ginebra.

P.d.: Entrada en desagravio por la exposición Dios (es) y otras cuestiones colaterales.