martes, 12 de agosto de 2008

GEORGIA (II)

I.

Cuando estalla una guerra como ésta, si Dios no lo remedia puede ser espantosa, en las televisiones de numerosas naciones se producen sesudos análisis de especialistas (analistas políticos, politólogos, historiadores y geógrafos) que dedican, con frecuencia, su vida a estudiar y a amar determinadas áreas de su especialización. Hay varios ejemplos sobre estos asertos.
Por mucho que una persona respete la Cultura islámica, pues debe respetarla, determinados conflictos son siempre inevitables.
Recuerdo que un amigo nuestro norteamericano me preguntó, un día, cuál era el futuro de Europa; recuerdo, igualmente, me mostraba profundamente excéptico sobre una Europa que estuviese auténticamente unida (y no sobre el hecho que Europa se uniese de diversas maneras). "¿Y por qué razón?" me preguntó, perplejo. "Porque hay dos causas; una, entiéndalo alegóricamente, los europeos somos europeos pero estamos totalmente divididos etnicamente y ello a causa de la Historia. La Historia nunca puede abolirse en Europa: vosotros creásteis vuestra historia sobre un continente vacío. En segundo lugar, porque la mayor parte de las naciones europeas ... se negarán a desaparecer como naciones". "¿Entonces...?" "La mayor parte de las naciones europeas siempre querrán seguir ... junto a USA".
En Europa, por ejemplo, no existe una lengua común oficial en realidad que se aprenda en todos los países; los europeos tuvieron esas lenguas mil ochocientos o mil novecientos años, han renunciado a ellas, son el latín y el griego. Ninguna nación eventualmente renunciará a sus lenguas nacionales o, naturalmente, regionales. Y Europa, por ejemplo, se crea en libertad, de mutuo acuerdo, en consecuencia no existe ni existirá una Constitución única.
Ninguna nación eventualmente renunciará a sus lenguas nacionales o, naturalmente, regionales. Y para que exista una nación, entendida antropológicamente, debe existir, primero, un idioma común, impuesto común, y aceptado por todos sus ciudadanos, pues cada idioma expresa una cosmovisión con diferentes matices.
Además, y sobre todo, los europeos no hemos decidido en realidad cuál es el european way of life. La tradición estatista de las sociedades europeas es demasiado fuerte por un lado, y el peso de una historia con un substrato de tres mil años se aleja enteramente del experimento que decidieron hacer los norteamericanos; una Europa trasplantada más allá del Atlántico sin los condicionantes de su historia.

II. ESPAÑA Y EL MITO ARABISTA.

Existieron dos Iberias en la antiguedad. Los griegos y romanos sabían esto de sobra.
Iberia, España o Hispania ; se singularizó, histórica y culturalmente, a través de Roma. Georgia, la Iberia del Cáucaso y del Este, se singularizó , finalmente, a través de Constantinopla. Los georgianos son, hoy y abrumadoramente; europeos, guerreros natos (mucho cuidado y respeto con ellos, bien que lo supo el Imperio persa, el califato universal, el Imperio turco, o lo sabía el Imperio zarista) , cristianos ( ortodoxos), poseen un alfabeto propio además (regalo de la Roma oriental), y quieren estar en la Nato y en la UE. Quieren estar allí , a medio o largo plazo, para defender su singularidad.
El otro día coloqué intencionadamente, en una entrada, unos puntos suspensivos.
Hablaba de realidades históricas con conciencia de sí por dos mil años. Armenia es el primer Reino cristiano en la Historia por ejemplo. Georgia está ligada al mundo romano oriental desde siempre. Y los Georgianos, como los Armenios, siempre históricamente han sabido defenderse.
El antiguo Imperio persa, hacia mediados del siglo V ddC, no pudo imponerles la religión de Zoroastro, y trató de imponerla. Estas realidades nacionales gravitaban entonces entre el Imperio persa y Roma; Armenia como reino fué clave para Roma por cientos de años.
Y, posteriormente el Islám, nunca pudo convertirlos; ni a Armenios ni a Georgianos (no digamos a los alanos y hoy Osetios cristianos tan vinculados históricamente también a una Roma oriental, Constantinopla). Todos estos pueblos Siempre se negaron abrumadoramente a convertirse al Islám.

Igual aconteció con los españoles. Hispania tenía entonces, colectivamente, demasiada personalidad. Se borran en las simplificaciones , intencionadamente y crecientemente, que por varios siglos el llamado Al Andalus, en realidad debajo de éste vocablo estaba Hispania, fué un espantoso campo de batalla.
Incluso en lo que, posteriormente, sería el espacio geográfico de Andalucía, las mujeres de la alta sociedad de una Córdoba plural y cosmopolita, entonces hispanoárabizada, introducían elementos de modistos orientales en sus togas tardoromanas; mas seguían prefiriendo el encanto de la vida urbana de la Bética y ... hablaban la lengua romance, en la variante peninsular local en la Corte del Califato (está en varios especialistas). Si bien es cierto que el Califato cordobés fué tolerante - tolerante pues una minoría arabizada e islamizada nunca pudo imponer ni convencer a los hispanoromanos de entonces dejar de identificarse a sí mismos en función de Roma - y más que muchos reinos tardoromanos, o bárbaros romanizados, la tolerancia tenía y tiene una razón de ser esencial.
Si el Califato fué incapaz de imponer el árabe en la misma Córdoba y un conjunto de pueblos, abrumadoramente, se negaron a aprender una lengua...¿cómo puede ése conjunto de pueblos , culturalmente hispanoromanizados, conocer la palabra de Alá en ésa lengua? ¿Por qué no pudo imponerlo?
Es cierto, con el paso de los siglos, que los mozárabes eran bilingües, pero su substrato es que hablaban la variante local de la lengua latina evolucionada peninsular, y seguían el rito mozárabe, es decir el rito cristiano tradicional de Hispania en época del BajoImperio romano y de la España visigótica. Mas, para que exista un mozárabe debe existir un dominio teocrático islámico; retiren ése dominio teocrático islámico y el mozárabe es ... un europeo cristiano occidental. Todo resulta, finalmente, un equívoco terminológico.
La genuina experiencia histórica, y sociológica, del desaparecido Al Andalus fué una hipotética nacionalidad abortada: los muwallad. Muwallad, en el desaparecido Al Andalus, es un matrimonio mixto, e intercultural, entre árabe e hispanoromana, de religión musulmana él naturalmente. Si todos los españoles de entonces hubiesen sido muwallads...pero los muwallads siempre fueron una minoría ... fueron rechazados por los demás, empezando por los bereberes, y por eso el experimento histórico de Al Andalus fracasó y naufragó históricamente.
Las extrapolaciones históricas son muy complicadas y arriesgadas. Al Andalus y Córdoba en época del Emirato y Califato fueron (está en los mismos textos hispanoárabes, traducidos en su momento por especialistas extranjeros)...imagínese una ciudad de las más grandes de Europa entonces, gobernada por una minoría de orígen árabe y arabizada, poblada básicamente por hispanoromanos católicos (autonomistas con perdón), minorías judías por fín tranquilas (no las perseguían los visigodos), y lentamente un progresivo proceso de conversiones al Islám.
Una metrópolis que es bilingüe (árabe lengua oficial, la lengua coloquial es la variante evolucionada del latín español) ; y gobernando una península llamada Hispania que sigue los moldes administrativos del reino visigótico, con una administración superpuesta de funcionarios de varias nacionalidades eslavas, importados para asegurar su cohesión...pues la minoría Muwallad no se fía de los hispanoromanos. Y debe sistemáticamente saquear el resto de Hispania para asegurar su supervivencia: desde Emérita Augusta hasta Clunia, desde Barcelona hasta Santiago de Compostela.
Los visigodos, previamente a la invasión de la minoría árabe escoltada por un contingente de mercenarios bereberes, se disolvieron confirmando Hispania; en realidad a principios del siglo VIII se habían etnicamente disuelto según una serie de especialistas.
Los posteriores muwallad andalusíes desaparecieron de la Historia y no pudieron cambiar el substrato de Hispania; la situación era clara en torno al año 1.000.
Hoy España es una nación y un estado democrático (con muy serios problemas) y occidental, embarcado en el proceso de inserción europea, y con una ambivalente relación con Estados Unidos.
La religión (aunque hace menos de 30 años el 99% de españoles era católico) no significa, en nuestros días, ni nacionalidad ni ciudadanía.

III. GEORGiA Y EL MITO RUSO.

Hoy Georgia es un estado democrático, un estado que reconoce la protección de sus minorías étnicas, un estado que mandó sus fuerzas armadas a Irak para defender la interculturalidad y la democracia.
Y, por una combinación de circunstancias, desde hace unos años, sus políticos iniciaron un acercamiento a los USA. Nació un verdadero idilio entre USA y Georgia. Además; nada puede gustar más a un norteamericano conservador que una nación que reintroduce cinco cruces en su bandera.
Pues Georgia, atenazada históricamente entre la Expansión musulmana , y la posterior Ortodoxia de Rusia (fué su salvación en un momento) tiene su específico mito, que subyace justo detrás de estos sucesos.
Y toda ésta tragedia de nuestros días tiene su orígen en ésta terrible ambivalencia.