martes, 26 de agosto de 2008

SOBRE LAS FIGURAS DE MITHRA Y DE JESÚS (III)

DIVERGENCIA CRUCIAL ENTRE MITHRAÍSMO Y CRISTIANISMO (*).

Escasean los textos que nos permitan comprender varios siglos, entre los siglos I al IV d.d.C. sobre la Historia del cristianismo y las fuentes, aparte de escasas, no son excepcionales por su cantidad y sí inestimables por calidad ; los textos, consultando obras, de autores paganos romanos son escasos pero esenciales.
Veamos los mismos; existen referencias en Suetonio, biógrafo de Césares, quien escribiría en los inicios del siglo II d.d.C. en su Vida de Claudio. Referencias del historiador Tácito, en sus Annales. La correspondencia de Plinio, en su Epistolario, con el Emperador Trajano aludía a la expansión de la Fé cristiana en Bitinia.
Estos documentos se refieren a los siglos I y II d.d.C., por más de doscientos años. Del texto de Suetonio, incluído en la Vida de Claudio, resulta que hubo, en Roma, una persecución contra cristianos y su expulsión (Claudio nunca fué un Emperador sanguinario como el monstruíto, pelirrojillo y gordezuelo, que le sustituyó, previo el envenenamiento de su padrastro y el envenenamiento de hermanastros) de la ciudad de Roma por tumultos causados por los cristianos, invocándose en dichos disturbios el nombre de un tal Chrestus.
Y en la Era de Oro del Imperio un Emperador excepcional moralmente como Marco Aurelio (ahí están sus Memorias sobre uno mismo, el Conócete a tí mismo de un ser humano destinado y confrontado a la más alta magistratura) persiguió a los cristianos directa y expeditivamente.
Por otro texto sabemos, por ejemplo, que en el siglo III d.d.C., bajo la dinastía Severiana, se respetó a los cristianos en teoría. Caracalla bien que se preocupó de incluir, bajo el imponente complejo subterráneo de cinco kilómetros de galerías de sus grandiosas Termas ... también un Mithraeum.
El Emperador Alejandro Severo tenía en su capilla privada bustos de los grandes Profetas y divinidades del Imperio y sabemos por dicho texto que, entre ellos, incluyó una imagen de Jesús de Nazareth. Prueba de la importancia creciente de dicha religión.
Mas las religiones, como estructuras entendidas antropológicamente en la tierra, crean estructuras replicantes y sirven para autoidentificarse , sobre todo, unos colectivos frente a otros. Las masas paganas, incuestionablemente, detestaban a los cristianoi por varias razones; la primera, porque destrozaban las supersticiones continuamente: y, la segunda, porque predicaban un mensaje moral tan elevado que todo el mundo se enfurecía.
Con motivo de las grandes persecuciones, persecuciones terribles en el siglo III d.d.C., desencadenadas por determinados emperadores contra los cristianos (a cuya cabeza con frecuencia se encontraban en hipótesis, como ejecutores, los legionarios encuadrados en el Culto llamado Disciplina Augusta) no cabe duda que en ella tomaron parte activamente los seguidores de la religión de Mithra.
- La hostilidad sistemática por bastante más de trescientos años del ejército romano hacia el cristianismo se encontraba, en primer lugar, en la razón que los cristianos, desde el momento de su primera aparición pública, se negaban a realizar públicamente el Sacramentum (ceremonia de devoción) al Emperador divinizado. Esto de la devotium era, finalmente, si bien un medio de cohesión social necesario; mas también el camino expédito de una implícita vía al totalitarismo latente en todas las estructuras de poder (en éste análisis soy rigurosamente orteguiano y no gramsciano).
Y hoy, en otro contexto diferente, se llama en la Hispania de hoy EPC - Educación por la Ciudadanía - en función del estado materialista divinizado. Y los Mithraístas legionarios defendían públicamente ... la devotium.
Los judíos en Roma, como religión, estaban exentos de prestar dicho Sacramentum; mas las autoridades no eximían a nadie más.
- Y, en segundo lugar, porque el Mithraísmo en versión teológicamente de época Imperial romana, generó un sistema teológico y moral alejado de la creciente elaboración teológica cristiana, basado en dualidad radical entre Bien y Mal, elementos que el Mithraísmo colocó teológicamente de igual a igual, siendo por el contrario el cristianismo una religión donde el Bien desde la Eternidad siempre prevalece. Ormuz, Dios del Bien, encarnó en la Tierra a Mithra y, en la lucha terrenal entre Ormuz y el Dios del Mal, Mithra era la ayuda para que los hombres pudiesen entrar en el paraíso de Ormuz. Pero entraban en el Paraíso de Ormuz...los hombres (varones ) iniciados en dicho culto minoritario y con grados sucesivos de iniciación.
La llamada conversión de Constantino, en el siglo IV d.d.C., inicia un proceso histórico interesantísimo: pues la progresiva cristianización de la Casa Imperial nunca significó, ab initiis y automáticamente, la cristianización del Imperio y, por muchísimos años, los Emperadores siguieron siendo, también, los Sumos Pontífices de religiones paganas, título que no rechazaban explícitamente hasta muy tardíamente en el siglo IV d.d.C..
Sin embargo, ya a finales del siglo IV d.d.C., específicamente en los inicios del siglo V d.d.C., no cabe duda que los Mitraístas, importantes en otras épocas históricas en el seno del ejército del Imperio, estaban fraccionados y divididos en un medio crecientemente hostil, al tiempo que el torrente de Decretos de Rávena - a principios del siglo V d.d.C.- explicítan un odio inquietante y sistemático contra los cultos paganos en general en Occidente.