jueves, 7 de agosto de 2008

HISPANIA Y ESPAÑA (IX): CONSIDERACIONES FINALES.

I. IMÁGENES DE UN PASADO DESAPARECIDO.

Una vez se visita el centro hispanoromano de Clunia ... surgen todas las interrogantes. Allí, a relativa altura, se alza una inmensa ciudad romana en forma que recuerda, sobre planos, un polígono estrellado. Hoy solamente existe, en ése inquietante paraje, la desolación, y naturalmente, perdida en su inmensidad, una solitaria ermita.
No era, sin embargo, una ciudad romana; fué, inicialmente, una ciudad decidida por indígenas con el asesoramiento de romanos , ciudad indígena que tuvo los méritos incuestionables para convertirse en cabeza de Conventus.
Pero seguimos entendiendo ese alfabeto naturalmente, inscripciones conservadas en los CIL, es el nuestro pasado ... por la letra carolingia. Y sabemos que aquél pueblo indígena dejó de llamarse a sí mismo con su nombre étnico pues desapareció de la Historia... urbe edificada en la confluencia geográfica aproximativa de dos grandes grupos étnicos diríase ahora, los autodenominados Vacceos o Vaccaei y Arevacos o Arevaci. Como sabemos que aquellos pueblos renunciaron, no solamente a autodenominarse etnicamente como se autodenominaban, sino al uso de los alfabetos preromanos.
Como se sabe igualmente, en los siglos IV, V y VI, a través de textos de literarios de obispos, que se seguían hablando, en lugares supuesta y totalmente romanizados, lenguajes preromanos.
Los vasgongados, sin embargo, como área cultural y no administrativa, decidieron que seguían hablando sus variantes eúskeras, aparte del latín vehicular que utilizaban para comunicarse con los demás, y así se mantuvieron por mil quinientos años.
¿Clunia fué saqueada, como la impresionante Emérita Augusta, en época de Almanzor?

En sentido contrario, hacia el Sur, frente a las costas del Atlas marroquí, y de Tánger, se encuentra Baelo Claudia, la actual Bolonia, ciudad de pequeñas dimensiones pero riquísima.
Es prodigio de buena arquitectura y racionalidad urbanística y cuyas excelentes murallas llevan naturalmente, en sus ladrillos, las marcas de los alfares norteafricanos. Murallas edificadas de acuerdo con los criterios centralizados en Roma, por los técnicos de rigor entonces. Algunos fabricantes de ladrillos, más allá del Estrecho, se enriquecieron sin duda activamente.
Desde Diocleciano y a principios del siglo IV ddC, el concepto Hispania estaba en dos orillas simultáneamente pues Mauritania Tingitana dependía de Hispania: la ciudad de Septom o Ceuta y de Tingis o Tanger..
Pero en el solar de la Baetica y bordes de Tarraconense, desde tres siglos antes de Diocleciano, los Turdetani, los Bastuli, los Bastetani, aquellos pueblos preromanos, anteriormente los míticos Tartesios, todos desaparecieron.
Mas los Gaetules siguen siendo hoy bereberes...y hablan bereber y árabe, no latín hispánico.

II. UN REINO FALLIDO A DIFERENCIA DEL POSTERIOR REINO VISIGODO.

Cuando en la guerra romano vándala de 455-456 Genserico liquidó la Universidad Imperial y administrativa de Roma nunca pensó que, menos de un siglo después, las puertas de la gran metrópoli de Carthago se abrirían, de nuevo, finalmente a los legionarios romanos orientales.
Se olvidó de dos realidades; del pueblo de Carthago y... de los sacerdotes y monjes. Los romanoorientales actuaron en aquella guerra posterior con el apoyo de la Iglesia Católica y de Roma, acordes con el Patriarcado de Constantinopla. Genserico cometió dos errores terribles.
Uno, segregó previamente a su pueblo, como minoría superpuesta invasora, de los africanoromanos y cristianos (lo contrario que harían progresivamente los visigodos desde el siglo VI en Hispania).
Dos, embarcó a su pueblo en la dulzura de vivir romana y se olvidaron que... los africanoromanos estaban en guerra entre sí entre donatistas y católicos. Al oprimirlos a los dos a la vez provocó finalmente , en menos de un siglo, la desaparición de su propio pueblo.
Pero cuando el Imperio romano, radicado en Constantinopla, recuperó Africa, fué demasiado tarde ya para ella, por los daños causados tanto por la incuria de los vándalos como gobernantes como por la presión de los indígenas hacia ella.
África, la estrecha franja costera romanizada del Norte de África, no más de veinte kilómetros desde la Costa, centrada sobre todo en parte pequeña de Argelia y, sobre todo, un área de 200 kilómetros en torno a Carthago, era la tradicional Africa proconsularis. Existía floreciente porque pervivía, en los siglos IV y V d.d.C, también Roma; pues suministraba trigo y alimentos, a principios del siglo V, con una flota de tres mil o cuatro mil naves Onerarias, a Roma.
Los africanoromanos de las zonas costeras, culturalmente de matriz europea y occidental, carentes (intencionadamente) de ejército eficiente que los defendiese, sufrieron desde ése momento un etnocidio continuo y silencioso.
La presión de los bereberes de una parte, desde las montañas hacia las llanuras, la posterior y consciente segregación impuesta posteriormente por la minoría islámica invasora, vació la mayor parte de aquellas ciudades occidentales y cristianopaganas.
La excepcional metrópoli de Carthago, con un chic paseo marítimo lleno de librerías en época de San Agustín, un impresionante hipódromo (el segundo de Occidente), inmensos complejos termales, y paraíso de todos los vicios para los vividores de entonces, fué arrasada. Los islamistas de entonces decidieron sería devastada e incendiada ... y los invasores fundaron, muy cerca, Túnez. Los musulmanes sabían, de sobra, a la hora de sitiarla, que´había ocurrido en la guerra Bizantinovándala.
Nacía una nueva cultura, entre los siglos VII y VIII en la Costa Norte de África...con el devenir de los tiempos sería una Alta Cultura, junto a la Europea (abrumadoramente helénica, romana y cristiana) de la Historia universal.
Pero la divergencia esencial entre costa de Africa e Hispania es obvia, hoy, para cualquier turista que la visite.

III. UNA DIFERENCIA HISTÓRICA ENTRE EL REINO VÁNDALO EN AFRICA Y EL POSTERIOR REINO VISIGODO EN HISPANIA.

Los golpes simbólicos en las guerras son decisivos aparentemente.
El Imperio occidental se vió, de repente; sin Emperador. Genserico atacó Roma con el pretexto de vengar la muerte de un Emperador. Valentiniano III fué asesinado. Y menos de dos años después el Imperio occidental estaba; con su capital científicamente depredada, sin su reserva en hombres y talento de alta cultura y vivero administrativo, como de hecho estaba casi sin ejército en esos momentos por la bancarrota económica Esto lo condenó a muerte de hecho política y administrativamente. Sin embargo, el Occidente romano seguía existiendo como el Oriente romano.
En África, los invasores tanto bárbaros, en el caso de los vándalos en 429, como posteriormente los musulmanes en los siglos VII y VIII, tendían a rehuir las ciudades cristianopaganas. Bueno, es mejor hablar de judeocristianasromanaspaganas.
En Hispania, muy curiosamente, los árabes de minoría siria invasora en los inicios del siglo VIII se sintieron a gusto en el marco urbano tardoromano de Al Andalus, centrado sobre todo en lo que hoy es Comunidad Autónoma de Andalucía, mientras que los diez mil bereberes se fueron ... a vivir a las montañas.
Y ésta minoría invasora (un historiador y especialista francés ha llegado a escribir, analizando la cuestión, que "La invasión musulmana de España nunca tuvo lugar") ...se tardoromanizó.
Tanto que fué, progresiva y simultáneamente, incómoda para el Emirato y Califato universal Omeya, uno volcado en la cultura Siria, o el posterior Abbasida, éste otro volcado en la mesopotámica.
E incómoda, sobre todo, para sus socios de conquista, muy poco fashion, los previos mercenarios que se pusieron inicialmente a sus órdenes y decidieron, con ellos, cruzar el Estrecho de Gibraltar.

IV. SIGLOS DESPUÉS DEL SAQUEO DE CÓRDOBA CALIFAL...

¿Es casual, por ejemplo, que los bereberes (no fueron los castellanos cristianos) , siempre protestando en las montañas, saqueasen en un momento Córdoba, y redujesen a cenizas Medina Zahra?
El principio es el mismo en cualquier momento histórico y ocurre a la inversa; al enemigo, ni agua, despiadado refrán implacable español que asusta a muchos turistas y visitantes del extranjero.
Cuando en el siglo XV, un año de 1492, fué tomada Granada cayendo el Reino Nasrí o Nazarí, toda la superficie de España estalló en fiestas inacabables.
Aquella guerra duró diez años. Fué, por parte de todos los intervinientes desde el bando cristiano, una guerra de aporreamiento, por decir algo suavemente . El refinado y decadente Reino Nasrí, por cierto los nasríes eran sanguinarios entre sí, desde mediados del siglo XIII hasta el XV, se había singularizado demasiado.
Primero, contra la percepción común entonces de Hispania y España; impuso la obligatoriedad excluyente de la lengua árabe, impuso un marco teocrático excluyente de la Sharia prohibiendo a cristianos y judíos residir en él, cuando las tres culturas seguían existiendo en los Reinos españoles cristianos . Y, segundo, siendo Reino vasallo de Castilla negándose a pagar (no por culpa de ellos) los impuestos pertinentes.
Los ricos (pues eran ricos), nada bárbaros entonces ya, y también refinados Reinos cristianos españoles, en plena sintonía con Europa occidental hacia el Norte en esos momentos y continuo trato con ella, y hacia el Este, es decir, el Mediterráneo, decidieron en las alturas que ... se acabó.
El ejército medieval Nasrí no podía, por ejemplo, enfrentarse a doscientas piezas de artillería modernas, asesoradas por ingenieros militares de otras naciones (no del todo estados entonces) europeas, que derruían, sistemáticamente, las murallas nasríes. O carecía de la infraestructura de abastecimiento que posibilitaban las incontables mulas que, por miles y miles, en largas caravanas, estaban dedicadas sistemáticamente a transportar pertrechos a las fuerzas cristianas que actuaban en la superficie aproximativa de lo que hoy, geográficamente, es Andalucía oriental. Aquella guerra fué sanguinaria como todas las guerras; y en ella los andaluces de Andalucía occidental, es decir de de Córdoba, Sevilla, como de Jaén hacia el Norte, fueron esenciales.

Nada es más aleccionador que pasear por la Alhambra granadina o por la ciudad de Granada. Tempus fugit. La belleza de los incontables arabescos nasríes rellena la rígida linealidad de unos espacios clasicistas, rectilíneos y nítidamente volumétricos; nada más romano, e hispanoromano, que aquellas grandes superficies de agua, lineales, en la Alhambra y el Generalife.
Mas, cuando se abandona la ensoñación romántica, y tras recorrer las sucesivas Casas reales nasríes y asomarse a un mirador, el visitante termina recorriendo el Palacio de Carlos V, y circundando el impresionante patio circular rigurosamente renacentista y clásico, descubre ... la más tajante manifestación del Poder de los Césares. Césares romanos, cristianos, europeos.
Los visitantes, en ése momento, suelen sentirse desorientados. Éste patio es un símbolo arquitectónico.
La sensación óptica de poder, poder basado en la supresión del espacio y del tiempo, recuerda el juego de perspectivas del circular Teatro marítimo en la Villa adrianea, así como la grandeza del Panteón de Roma. El Panteón de Roma es, en realidad, una inmensa cúpula sostenida por muros, que simboliza la bóveda celeste y que todo contiene en altura. Una perfecta circunferencia en altura. Lo inauguró un Emperador romano e hispanoromano, Adriano. Cuando Adriano dió su primer discurso, en su latín de la Bética, en el Senado se rieron de él. Los Senadores no podían reirse de Trajano; Trajano, como militar sobre todo, no tenía sentido del humor y sí ideas muy esenciales. Trajano (español de familia ibérica según Dion Casio) pasó a la posteridad como el Optimus Princeps por aclamación senatorial, pero ningún Senador se atrevió a burlarse de él. Adriano, su sucesor, les dejó a los Senadores un recuerdo por reírse de él; el Panteón de Roma (perfectamente conservado) y la esplendorosa Villa Adrianea.
El patio circular del Palacio de Carlos V es, por el contrario, una perfecta circunferencia en superficie; el César dejó plasmado el sello de su Poder sobre un espacio previamente respetado por él mismo, como respetó íntegramente la parte de Mezquita de la Catedral de Córdoba.
Una Hispania romana et christiana, europea, que todo lo englobaba en perfecto círculo.

V. ¿HUBO EXCLUSIVAMENTE UNIFICACIÓN DINÁSTICA?

Los Reyes Católicos, previamente, habían restaurado la Unidad dinástica en torno al concepto Hispanoromano, naturalmente pasado por tardomedieval y cristiano, de Corona (existía un problemilla todavía con Navarra).
Pero lo acontecido en 1492 no se reducía a consolidar una unificación dinástica, o a la expulsión definitiva del otro (el gobierno teocrático de la Sharia) de la península. Por mil quinientos años todos los textos esenciales, en latín o lenguas romances, hablaban de usurpación y tiranía contra Hispania y los hispanioles.
El concepto englobaba infinidad de realidades vivenciales para los españoles de entonces. La Corona simbolizaba también entonces y para los españoles de entonces, en su percepción, el mantenimiento de los usos y costumbres de los antepasados y de sus derechos.
Los mismos derechos que parte importante de los campesinos españoles , en cualquier lugar de la península, hablasen gallego, mallorquín, valenciano, catalán, castellano, o variantes dialectales andaluzas , cuatrocientos años después, veían violentados por los invasores franceses en la Guerra de 1808 - 1812.
No existía, solamente, en ésos momentos, una idea o un ideal de unificación dinástica; aconteció la apropiación colectiva de un concepto subyacente por mil quinientos años, por ello los Lusitanos o Portugueses protestaron, entonces, en Roma reiteradamente.
¿Cómo que los Reyes Católicos se autodefinían como Reyes de España y de las Españas si ellos, los lusitanos, eran también Hispania y España? Los Lusitanos o portugueses fueron reabsorvidos en época de Felipe II y, en el XVII, se independizaron de una vez por todas; y, desde entonces, decidieron que, "De España, mal viento y mal casamiento".
Hispania y España era, para los habitantes de lo que fué un concepto en ésos momentos, una idea y concepto aglutinante, la cual sumaba infinidad de realidades: englobaba, por ejemplo, dos caminos de Santiago diferentes, uno desde el Sur, el llamado camino mozárabe, siempre minusvalorado, y uno desde la frontera con Francia. ..
Englobaba, igualmente, todas las variantes dialectales evolucionadas del latín hablado en la península. Englobaba, igualmente, todas las Iglesias (no existía una Iglesia de España, existían las Iglesias de las Españas) y todas las ermitas que cruzaban y aún hoy su geografía cada muy pocos kilómetros. El concepto integraba en las ciudades todas las Plazas mayores de las ciudades castellanas, herederas del Foro romano, Plazas mayores que integraban tres realidades, la judicial, la religiosa y el símbolo del poder local comunitario, inexistentes en ciudades de cultura islámica. Unificaba todos los derechos procedentes del derecho romano, fuese en la vertiente canónica, o en la civil y estatista, propugnada por los monarcas y sus asesores.
El concepto englobaba, igualmente, todas las Cortes o Parlamentos locales que singularizaban, en el proceso de Restauración histórica, esas realidades. Y el concepto integraba, en su superficie igualmente, sobre la esencial herencia hispanoromana, todas las manifestaciones artísticas procedentes de los contactos con Europa occidental y del Arte eurooccidental.
Es cierto que nadie podía protestar sobre algo; allí estaban, por doquier, las incripciones latinas, y en latín, del mandarinato cultural; y, si alguien protestaba, siempre existe alguien en los grupos humanos, y decía "¿Dónde está eso?", le señalaban la inscripción latina : "ahí". "Ah, pues no entiendo" musitaba el disconforme. "No se preocupe, dice...", y el disconforme se rascaba, perplejo, la cabeza. "¿Pero quién ha ordenado eso, ustedes?" "Ah, no, no no; lo ha ordenado Dios". "Vaya..." Con Dios en realidad el ser humano nunca puede discutir...
En el camino del nacimiento de un estado moderno, uno de los primeros estados nacionales de Europa, quedaba, casi simultáneamente, una doble mutilación; la traición por los cristianos a la minoría de los judíos españoles y su posterior expulsión, judíos quienes financiaron en parte significativa ésa última gesta militar.
Dispersados desde entonces, una parte se dirigió a Turquía y, allí, un Sultán turco se preguntó, perplejo,al darles la bienvenida al abigarrado grupo de dignatarios sefardíes, cómo una Monarquía prescindía de aquel ornato para su Corona.
Y otros acabaron protegidos en Marruecos por un posterior Mazjén. Igualmente, en los siglos XVI y XVII, se decretaría la expulsión de las minorías subsistentes moriscas y por razones geoestratégicas, en relación al Mediterráneo y la expansión turca.
La Corona hispanoromana superpuesta optó, por razones políticas y geopolíticas, mutilarse en su razón de ser previa por muchos siglos entonces.

Entradas pendientes de corrección estilística.