jueves, 31 de mayo de 2007

ANOTACIONES LIBERALES: LA RELACIÓN ENTRE PASADO Y FUTURO(I).

Entrada de miércoles 30 de Mayo.

Comentando unas reflexiones de San Agustín, obispo que fué de Hipona y Doctor de la Iglesia universal, unas supuestas lumbreras - incuestionablemente progres - sacaron de contexto unas frases de un escrito de él y aprovecharon la publicación de su interpretación en relación al medio social y cultural contemporáneo, en un artículo.
Acontecía esto en 1997 con motivo de un artículo publicado por dos personas de una Universidad pública de Madrid, en los prolegómenos de la revolución cultural que estaba empezando a vivir entonces, y viviendo España estos días de hoy, con la alarma de muchas personas sensatas. Estos progres sacaron de contexto aquellas frases de aquel escrito de Agustín de Hipona y de éste artículo en concreto. Especificaba el Santo que el pasado no existía, el futuro tampoco, todo era un presente que se estaba realizando todos los días. Nada más importante, para estas lumbreras progres, en consecuencia, que hacer tabula rasa con todo el pasado pues todo se convertía en un presente continuo. Estas afirmaciones, en dicho artículo, no eran baladíes. Implícitamente describían también una realidad concreta de una ciudad específica como las intenciones de todo un sector ideológico de una nación concreta.
En cualquier campo científico , sobre todo en un campo tan delicado como las humanidades, sometido específicamente a la presión de las llamadas por los progres estructuras de acción/transformación, por ellos desencadenadas, la señal de partida (intencionada o no) estaba dada desde entonces ante el abrumador silencio de entiéndanse los sectores intelectuales bien exiguamente de izquierdas sometidos a sí mismos a un rigor intelectual, bien independientes por no querer definirse, de centro o sencillamente conservadores e incluso tradicionalistas (los cuales es lógico existan siempre y legítimo también pues subsumen una de las tradiciones intelectuales de nuestra nación).
Cinco años después a aquel artículo, una Tesis doctoral fué depositada. Un duro trabajo de casi diez años vocacional por parte de su autora en sus ratos libres. Tres volúmenes de texto, fotos y planos. La catalogación íntegra de un archivo. La personalidad biográfica excepcional, analizada en dicha tesis doctoral, era tanto una personalidad socialmente relevante de la ciudad de Sevilla como un gran arquitecto sevillano. En dicha Tesis se afirmaba, fundamentadamente, que parte importante de la sociedad sevillana de los años setenta, pese al increíble salto operado en la ciudad entre 1959 y 1975, tenía su vista puesta hacia el pasado, un implícito rechazo hacia el futuro, y que los vanguardistas de entonces, vanguardistas realistas, se anticiparon pese a ello al presente de nuestros días, cualidades que desde luego pocos tuvieron en aquellos años.
Afirmaba la autora de dicha Tesis que "El problema /específicamente de la ciudad hispalense/ se refería a la relación, ambigua, en un sentido de nuestra ciudad en sus mentalidades, e imaginario, con el ayer mañana". Citaba obviamente el presente que en realidad es la realidad sociológica inmisericorde que paraliza la ciudad hispalense, un presente que se devora a sí mismo continuamente y condicionó e incluso perjudicó entonces toda la actividad profesional del biografiado, como se acredita en dicha Tesis, pues todo fueron críticas a su excepcional labor. Las propuestas de dicho arquitecto y urbanista sevillano se vieron generalmente incomprendidas, cuando no criticadas, por el desconocimiento y falta de visión del futuro volcados en un presente. Hoy tienen, con frecuencia, dichas propuestas un sentido de realización paradójicamente: este arquitecto propuso la peatonalización del centro histórico de Sevilla, uno de los más extensos del mundo, peatonalización realizada sin tener en cuenta precisamente los criterios que él defendiese para que fuese viable.
Pues para que el presente sea plenamente viable debe edificarse siempre desde un pasado , desde un rigor, nunca desde la nada: la abolición del pasado es la tragedia que generan las revoluciones culturales en cualquier dimensión, como también simultáneamente es la causa del retraso de muchas sociedades humanas : la vista omnipresente al pasado que las devora.
La relación siempre delicada entre pasado/presente/futuro es una filiación existente siempre. La ruptura con el pasado, es decir, la abolición del mismo, sume finalmente a individuos y sociedades siempre en un presente continuo, sin raíces y sin futuro.
Dicho arquitecto de la ciudad hispalense, personalidad atrayente y culta, rehuía en resumen, en su larga y prolífica vida profesional, el culto como tal al pintoresquismo y al pasado. Su racionalismo y vanguardismo, sin embargo, no eran una pose estética ni un presente vacío. La potencialidad en los sucesivos presentes que fueron en su vida y que supusieron sus aportaciones teóricas y prácticas al servicio bien del sector público bien del sector privado, hundían también sus raíces en varios pasados que integraron su personalidad: un pasado en su núcleo familiar, una educación esmerada, un pasado entendido sociológicamente, un pasado intelectual, una gran cultura patente en su excepcional biblioteca, todos estos pasados acumulados hasta unos segundos antes de sus actuaciones y decisiones volcados siempre en un presente profesional y liberal.
En resumen, tanto un pasado que se hacía presente siempre y, desde la reflexión por su parte, tratar de entender el futuro. Pues dicho arquitecto, por ejemplo, racionalista y funcionalista (todo debía tener una función) también , dominaba enteramente estéticamente el lenguaje arquitectónico clasicista y el racionalismo en él era expresión previa de un radical clasicismo y de la asunción previa e interiorizada de las formas historicistas como además demostró en determinadas fachadas exquisítas y equilibradas: en él la asunción de los presupuestos del racionalismo nunca fué una cuestión gratuita.
Todo racionalismo implica en sí mismo siempre un clasicismo, nada más racionalista que el clasicismo.