lunes, 7 de mayo de 2007

Anotaciones liberales (XXVII) : ROMA Y LOS BÁRBAROS.

Viernes 4 de mayo de 2.007.

En el siglo I, en un texto, el español Séneca soñaba con el encuentro con una humanidad allende el océano Atlántico, en una sorprendente profecía.
En el siglo V una avalancha se desencadenó por las tierras de una Europa romana. Los Teutones, Alamanes, Cimbrios, Vandalos, Godos, Burgundios y Francos , desde siempre tribus de estatura alta, decidieron sucesivamente cruzar las fronteras. Estos pueblos estaban compuestos por guerreros que eran belicosos, decididos, ojos azules (si bien no siempre), cabelleras amarillas o rojas (en muchos casos teñidas). Comían inicialmente carne cruda, bebían cerveza (¡¡¡birra!!!), y emigraban hacia el Sur por centenares de millares. Se negaban a pagar impuestos, lo cual siempre es agradable para los ciudadanos y por eso se negaron también los ciudadanos romanos sin pensar en las consecuencias. Crucificaban de cuando en cuando a los comerciantes y cortaban naturalmente la lengua a los juristas romanos. Por eso se hundió nuestra primera Europa entre otras razones.
En el siglo V aquellos efectivos paseaban por las cómodas autopistas de la época, las calzadas, de ciudad en ciudad, saqueándolas. Grupos de 80.000, 100.000 seres humanos, en carros tirados por bueyes, toscos, con sus familias, sus animales domésticos, sus perros incluídos.
Mas la peor amenaza para la civilización fué que, pese a exterminar los romanos los siglos anteriores a pueblos enteros de acuerdo con la mentalidad de entonces, o bien coexistir con ellos, los bárbaros copiaron sus métodos militares. Los bárbaros no podían luchar sin embargo contra algo.
El obispo de Roma tomó para sí el más sagrado de los títulos romanos, Pontifex maximus, Pontífice máximo, es decir, Supremo Constructor de Puentes, convertido por mil quinientos años más adelante en el símbolo de la civilización y de la unidad de Occidente, en nuestra vertiente de Europa, en torno a tres herencias: judeocristianismo, herencia romanocristiana y aporte barbaro. La realidad sociológica y cultural abrumadora que ha creado nuestra civilización occidental.