sábado, 21 de abril de 2007

ANOTACIONES LIBERALES (XIV). ¿ES EL CENTRO UN AGUJERO NEGRO QUE TODO LO TRAGA?

Debo pedir disculpas, amable e incógnito lector , pues ayer no incluí esta entrada.
Debería primero especificarse qué quiere decirse cuando se habla de centro político, centro social y centro digamos económico. El vocablo "centro" siempre es politológicamente peligroso por su ambiguedad. El centro es inexistente pues es un imposible matemático. La Unión de Centro Democrático fué irreversiblemente centro y trajo, finalmente, la plena homologación legal de nuestra nación, existente en el periodo del tardofranquismo, con las democracias avanzadas europeas.
Para que en España fuese posible la democracia, explicité en KUL, como fué históricamente (habría democracia pero pudo existir democracia sin Constitución, todos olvidan esto y es incuestionable este aserto) hubo dos pasos: primero, la Iglesia española decidió progresivamente desentenderse de la política, ahí estaba Tarancón. Segundo, Su Majestad el Rey solicitó el hara kiri de los notables del tardofranquismo y así aconteció. Tercero, sorprendente y siempre olvidado: la oposición democrática no pudo imponer por sí misma ninguna ruptura democrática.
Los notables políticos del tardofranquismo, quienes decidieron seguir, eran internamente y demostraron ser abrumadoramente una derecha (perdón, centro) ilustrada, civilizada, liberal, poliglota y culta. Unos organizaron la UCD de acuerdo con otro sector de políticos liberales y demócratas minoritarios inicialmente disidentes de la dictadura. La UCD montada desde el movimiento hizo la Transición de acuerdo con el principio de actuación política del llamado consenso con la oposición. Mas la Unión de Centro democrático, en el ámbito nacional, estaba integrada por una serie de notables políticos. Naturalmente no me puedo olvidar de citar a los paulinos de Madrid. Otro sector más minoritario, aglutinado por D. Manuel Fraga, creó el primer embrión de lo que hoy, tras sucesivas refundaciones y muchos años después, es una de las dos grandes fuerzas nacionales españolas, el Partido Popular.
La UCD estaba encabezada por un notable político en activo que fué, previamente, miembro del partido llamado Movimiento nacional. Partido único (idea siempre no justificable) que, desde los sesenta y setenta deseaba, por cierto, ampliar la integración de todos los españoles en torno al Movimiento: excepto aquellos que seguían la ideología marxista leninista. Después de 1975 un sector de los notables políticos españoles, tras hacerse el hara kiri, se inhibió progresivamente de la posterior y plena democracia española . Mientras que otros, siguiendo su trayectoria al servicio de España, apostaron por ella. No en vano también la trajeron, en última instancia, con la colaboración de parte importante del pueblo español.
En el ámbito de principios, sin embargo, hay aspectos que nunca pueden consensuarse. Por ejemplo: Santiago Carrillo consideraba Corea del Norte una pequeña Suiza como la Rumanía de Ceaucescu un modelo a seguir, cuestión nada consensuable. Por ejemplo: el modelo de marxismo autogestionario seguido por el Psoe impedía su conquista del poder, a través de las urnas, como su defensa del modelo ibérico en correspondencia aparente con el modelo yugoslavo que implosionaría socioeconómicamente hacia 1973, le hacía olvidar un pasado muy problemático en diversos momentos de su historia. El modelo autogestionario yugoslavo tampoco es consensuable.
La gran mentira que identifica el Partido Popular actual con el franquismo se encuentra, finalmente, en un supuesto pecado original en sus orígenes. El Partido Popular actual es lo que es a través, en última instancia, de D. Manuel Fraga Iribarne. En ésto D. Manuel siempre encarna, en su perfil biográfico, la gran contradicción interna del previo periodo histórico llamado franquismo como su sistemática apuesta por la democracia progresiva y plena desde hace... ¡treinta y dos años!.
En éste caso debería siempre afirmarse algo tajante: deben preferirse siempre aquellas elites políticas paternalistas, excépticas y culturalmente formadas del tardofranquismo y primera democracia española (una cuestión era el caudillismo, otra la dictadura, otra el régimen) que aquellas que eran, finalmente, las amigas del Goulag. Otra cuestión es respetar el derecho de convivencia para quienes defienden el ... Goulag.
Los innumerables servicios a España, como a los españoles, de D. Manuel Fraga Iribarne, padre de nuestra Constitución con otros, caballero cultivado, católico consecuente, trabajador incansable, de profundo excepticismo ideológico, nunca pueden ser olvidados . Ése es el auténtico centrismo; reconciliar a la mayor parte del centro y de la derecha española, en 1975 - 1978 y desde antes además, con la democracia entendida como coexistencia con los autodenominados "rojos" de 1936. En resumen: tanto D. Adolfo Suárez (para muchos equivocadamente) en una vía, como D. Manuel Fraga en otra, nunca dejaron de ser consecuentes con los principios irrenunciables que integran la cosmovisión global de la auténtica libertad.