miércoles, 25 de abril de 2007

ANOTACIONES LIBERALES (XVII). EL TÓPICO DEL HAMBRE (I).

Un Premio nacional ha sido recientemente concedido en el ámbito literario. Alegremosnos inicialmente por el destinatario y por su incuestionable talento.
Mas, sorpresa: he aquí que, por activa y pasiva se nos recalca en determinados medios de comunicación que dicho premiado viene "del hambre". Cuidado con esos argumentos. En primer lugar el "hambre", como el tópico de las alpargatas, acabaron en España hace muchos años, muchísimos años.
No parece ser que a Juan Ramón Jiménez, moguereño universal, se le diesen varios premios por "venir del hambre", sino por su extraordinario talento literario. Talento plasmado en sus escritos resultado de una vida ascética y disciplinada y una carga en su caso de trabajo literario devorador. Juan Ramón Jiménez, su esposa, eran lo contrario a venir del "hambre". Al fín y al cabo, algunos de los miembros descendientes de su familia, uno de ellos amigo mío desde la infancia, ya descubrieron asombrados en un acto que, por lo visto, "era de extrema izquierda", según me narró mi amigo Juan con casi lágrimas en los ojos de risa.
Tampoco parece ser que Rabindranath Tagore, el eximio y exquisito poeta bengalí, fuese Premio Nobel de Literatura con el mismo argumento por los miembros de la Academia sueca, sino por la extraordinaria calidad de su prosa poética y de su poesía, como la característica compasión espiritual del hinduísmo que subyace en sus escritos. En Bengala sí que existía, a principios de siglo, el hambre.
Pero si este argumento tan vil se aplica a genios, ¿qué puede ocurrir con personas como usted o como yo?
En la vida cotidiana he oído, algunas veces, ese "argumento". Todos los seres humanos debemos trabajar por imperativo bíblico. Nacemos desnudos, morimos y nos vamos sin nada. Quienes supuestamente invocan dicho argumento y dicen "vienen del hambre" lo utilizan para tratar de vejar y de destruir a quienes no provienen de ella.
Argumento, "venir del hambre" el cual puede ser utilizado en muchos lugares, por un sector, como pretexto para destrozar una convivencia entre españoles olvidándose, en primer lugar, que nuestra misma Constitución prohíbe cualquier tipo de discriminación : por razón de religión, de raza o de procedencia social.
Pero el argumento tópico "venir del hambre", por quienes lo invocan, puede encubrir, en otra dimensión, lo que se llama también bulimia. La bulimia ya se sabe que es trastorno alimentario caracterizado por comer sin ton ni son. La generalización de dicho argumento desde sectores de la izquierda no es casual, lo veremos los españoles.
Se habla aquí de bulimia metafóricamente, como trastorno de la alimentación que, finalmente, encubre la desverguenza de la corrupción. Esta bulimia al parecer justifica todo, empezando por esas cenas pantagruélicas de 1500 Euros de dos personas en un restaurante como supimos ultimamente los españoles.
P.d.: Entrada prevista de inserción ayer.

Postdata Miércoles a las 22:16: ante el disgusto de varios amigos por la entrada referida supra, mañana hablo de la ironía según Wladimir Jamkelevitch.