lunes, 23 de abril de 2007

RECUERDOS PERSONALES SOBRE MELODÍAS (III): CANTATAS - HIMMELFAHRT DE BACH

Por un imponderable técnico la reseña musical sobre Aci, Galatea y Polifemo se borró, snif, y habiendo sido prevista naturalmente se insertará la semana que viene. Estando prevista una semanal, ¿qué mejor que Bach?
Comento, pues, diversas audiciones del CD editado por Archiv productions de las cantatas de Bach, interpretadas por The Monteverdi Choir y The English Baroque soloists, a cargo de John Eliot Gardiner.
Acabó la Semana santa. Fragmentos sublimes del Miserere sevillano e hispalense, cada año escuchado, son acordes ya al pasado. Pequeña pausa de reflexión optimista acorde a la alegría circundante, digamos preferial, en vísperas de una Fiesta universal de nuestra ciudad de Sevilla. El sol cálido primaveral, el cielo azul incomparable y la temperatura suave de Abril completan el optimismo circundante antes del inicio, esta noche, de la Feria de Abril en su inmenso recinto ferial, efímera ciudad de lona semanal cada año.
Nada es más preferido, por los luteranos, que el tema de la justificación por la Fé. Y Bach, en estas cantatas, nos recuerda Ruth Tatlow, funde literalmente sus composiciones, en concreto una, sobre textos y un texto bíblico. Dice el Evangelio de San Marcos (15 y 16): "Id por el mundo entero, predicad la buena nueva a todas las criaturas. Y el que crea y se bautice se salvará; el que no crea será condenado". Texto y textos que siguen, por cierto, discutiendo teólogos luteranos y católicos pontificios (sin salir de las marismas pontinas de las sutilezas teológicas) hoy, en busca, del pleno ecumenismo.
Mas Bach plasmaba sentimientos y esperanza. La música es universal. En estas composiciones ( BWV 37, BWV 43 y BWV 128, BWV 11) convergen varias realidades simultáneas en su proceso de elaboración: la primera y, ante todo, la inconmovible Fé en su caso luterana de Bach que sobrevolaba las alegrías, tristezas y dificultades cotidianas. La segunda, su evolución interior anímica, desde el optimismo inicial en las cantatas contenidas en éste Cd y su evolución hacia la tristeza subyacente diez años más tarde: la intrahistoria familiar estaba jalonada por hitos desde su feliz matrimonio como la pérdida progresiva de una parte de sus hijos, cinco tumbas infantiles. Tercero, problemas colaterales usuales para cualquier ser humano, desde la problemática referida a su salario hasta sus relaciones.
En 1724 BWV 37 para el día de la Ascensión. BWV 128 se redactaría hacia 1725. Resuelta favorablemente su situación financiera en 1726, hasta podría rastrearse su agradecimiento implícito al monarca subyacente tal vez en su BWV 43 un año más tarde. Transcurridos casi diez años más la voluntad del Señor le había despojado de cinco niños. El Lobert Gott in Seinem Reichen (BWV 11) , su Himmelfahrtsoratorium, en el cual enlaza textos de San Lucas, Hechos de los Apostoles y San Marcos parecería traslucir, en su formal exhuberancia, un tapiz interno de lágrimas y sufrimiento, según nos recuerda Tatlow.
De la BWV 128, el fragmento IV, un Aria entre contratenor y tenor, hombre y mujer, "Sein Allmacht zu ergurnden...", es sublime.
De la BWV 37, fragmento III, la Coral entre soprano y contralto que principia con "Herr Gott Vater, mein starker Held!" es un fragmento preferido.
De la BWV 11, el tercer fragmento recitativo (bajo) y el cuarto contralto expresan musicalmente tanto tristeza y melancolía como esperanza durante la espera. La Coral VI es anticipo a los recitativos y, tras los recitativos, el aire 8 de la soprano expresa la esperanza del alma humana de comparecer algún día ante Jesús y permanecer junto a él.